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Bugchasing, pillar el bicho. (2)

3 diciembre, 2012 a las 11:00/ por

Investigación

«Durante la década pasada las investigaciones han buscado documentar, explicar y buscar una solución para el bugchasing. Dr DeAnn Gauthier y Dr. Craig Forsyth publicaron el primer artículo académico sobre el tema en 1999. Exploraron la tendencia emergente de hombres gay que evitaban usar condones y el desarrollo de la cultura del barebacking (sexo «a pelo»). También percibieron mediante su investigación cualitativa que algunos barebackers buscaban e l VIH.

Dr. Richard Tewksbury fue uno de los primeros investigadores en reconocer el bugchasing en internet y que los bugchasers estaban usando internet como ayuda en sus esfuerzos seroconversivos. En su investigación más reciente, hizo un análisis importante sobre cómo son las conductas, actitudes y demografía de los bug chasers (quienes buscan contraer VIH) y gift givers (quienes tienen el virus y lo contagian).

La investigación de los doctores Christian Grov y Jeffrey T. Parsons’ (2006) usando los perfiles de internet de 1.228 bug chasers y gift givers identificaba seis tipos de ambos.

  1. «El Bug Chaser Comprometido»: eran hombres que indicaban que eran VIH-negativo y buscaban pareja VIH-positivo. De los «bug chasers comprometidos» que indicaban una situación sexual preferida, la mayoría preferían ser dominados (bottom), de los que el 62% eran receptivos analmente. Sólo el 7,5% de la muestra fueron clasificados como «bug chasers comprometidos».
  2. «El Bug Chaser Oportunista» eran los hombres que era HIV-negativo y que indicaban que les daba igual el estatus de VIH de su pareja. La mayoría de estos hombres eran versátiles (43,6%; receptivos y activos analmente) o bottom (46,3%). En total, el 12,1% de la muestra eran bug chasers oportunistas.
  3. «El Gift Giver Comprometido» incluía hombres que eran VIH-positivos que indicaban que también buscaban amantes VIH-negativo. Llamativo que sólo cinco hombres de toda la muestra caían dentro de esta categoría.
  4. «El Gift Giver Oportunista» eran hombres que indicaban que eran VIH-positivo y que no les importaba el estatus de sus amantes. La mayoría de estos hombres eran versátiles (61,8%). Los Gift Giver Oportunistas eran el 26% de la muestra.
  5. «El Serosorter» Aunque todos los hombres estudiados por  los doctores Grov y Parsons decían en sus perfiles en internet que eran o gift givers o bug chasers, el comportamiento no siempre coincidía con la identidad gift giver/bug chaser. Algunos hombres VIH-positivo (8,5% de la muestra) indicaban preferencia por otros hombres VIH-positivo. Mientras que algunos hombres VIH-negativo (12,5%) indicaron su preferencia por hombres VIH-negativo. Aunque habían dicho que eran gift givers o bug chasers, estos hombres estaban clasificando a sus potenciales amantes de acuerdo a su estatus de VIH, buscando quienes tuviesen uno igual.
  6. «El Bug Chaser o Gift Giver ambiguo» incluía hombres que señalaban que no sabían su situación como VIH por lo que era difícil determinar si estaban buscando ser bug chasers o gift givers. Esta categoría era el 16,3% de la muestra.

En total, los doctores Christian Grov y Jeffrey T. Parsons llegaron a la conclusión que el bug chasing y gift giving podía suceder entre un grupo muy pequeño de individuos. Además su investigación mostró que había variaciones sustanciales sobre la intención de propagar el VIH (con algunos que no tenían intención de propagarlo) entre quienes indicaban que eran gift givers o bug chasers.

El doctor  Mark Blechner halló que algunos bug chasers eran solitarios y aislados, y veían el VIH como un camino para convertirse en parte de una comunidad que obtenía comprensión y cuidados de la gente. Otros bug chasers se sentían abrumados por la ansiedad de contraer el VIH que pensaban sería un alivio de la ansiedad por convertirse en VIH-positivo y «superarlo». Y más recientemente el doctor David Moskowitz, la doctora Catriona MacLeod y dr. Michael Roloff intentaron explicar cuantitativamente por qué los bug chasers buscaban contagiarse con VIH. Afirmaban que estos individuos que buscan el VIH son probablemente adictos al sexo. Estos individuos han agotado la excitación que obtenían antes de otras conductas sexuales de riesgo y ahora se introducían en el bug chasing para conseguir esa excitación centrada en el riesgo.

El doctor Bruce D. LeBlanc (2007) realizó un aclaratorio estudio que incluía respuestas a una encuesta a bug chasers que se identificaban como tales, uno de los primeros estudios en incluir respuestas directas de este grupo. Sus hallazgos cuestionan el «sentido común» y los hallazgos de las investigaciones sobre bug chasers. Analizando las motivaciones psicológicas y sociales para buscar el VIH la respuesta más frecuente era que los individuos no podían identificar un factor psicológico (como proceso de pensamiento personal) o social (interacciones con otras personas) para buscar el VIH. Buscando una motivación para buscar infectarse la respuesta más frecuente era que se veía el hecho de contagiarse como emocionante, excitante o erótico, además de ver el semen desde un punto de vista semejante. Pocas contestaciones identificaron el «superarlo» como un factor para hacerlo.

Se localizó una pequeña identificación con ser parte de la «comunidad» o de la «hermandad». Otras variables estudiadas incluían el encontrar amantes, las conductas sexuales llevadas a cabo mientras se buscaba la infección, la media de parejas sexuales, el tiempo por el que buscarán infectarse y sucesos que cambian la vida si tenían éxito en contagiarse con VIH.»

Continuación de la traducción propia del artículo de la wikipedia sobre bugchasing.

La imagen, de aquí

1 Comentario a “Bugchasing, pillar el bicho. (2)”

  1. Entonces en parte estamos ante una forma de síndrome de Munchausen, y al menos en algunos casos un munchausen social

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