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Cómo tratar bien las relaciones no-principales (1)

10 agosto, 2016 a las 18:04/ por

Este es un post largo sobre las relaciones no-principales escrito por Aggie, la autora del blog SoloPoly, pensado para gente en su situación: Alguien que sí tiene relaciones poliamorosas, pero que no quiere tener una relación principal, algo que probó durante 12 años y le quedó claro que no era para ella. Lo que se llama «solo poly» o polisoltería. Este post lo escribió hace años (desde hace un tiempo se ha enfocado en escribir su libro): «Non-primary partners tell: How to treat us well.»

Como es tan largo, lo iré traduciendo por partes.

 

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NOTA IMPORTANTE: Este blog toca uno de los muchos temas que voy a tratar en el libro sobre relaciones no convencionales que publicaré pronto mediante crowdfunding: Off the Relationship Escalator. Si quieres recibir novedades sobre el libro, suscríbete a la lista de correo.

Hace poco una de mis amistades poly me comentó «No hay personas secundarias. Trata con cuidado a todo el mundo en tus relaciones.»

… De acuerdo, pero ¿cómo consigues realmente hacer algo tan complicado? ¿Dónde está la lista [en inglés] de lo que hay que hacer?

Decidí aceptar el reto, con la ayuda de quien leen Solo Poly y otras muchas personas de la comunidad poliamor y de relaciones abiertas. La razón por la que lo hice es esta:

Hay una inmensa zona gris entre rollos de una noche y la convivencia similar a la matrimonial (la escalera de las relaciones* [en inglés] estándar de la sociedad). A nuestra sociedad le faltan referentes sobre cómo gestionar relaciones estables de diferente profundidad/compromiso. Cuando no estás sólo buscando rollos pero tampoco estás buscando convivir, compartir el dinero y potencialmente tener descendencia con alguien (una pareja principal [en inglés]), puede ser muy complicado encontrar la manera de respetar nuestras propias necesidades y límites al mismo que respetamos los de los demás.

(Por cierto, esta es la razón por la que digo «no-principal» y no «secundaria») [en inglés]

 

 

Esa zona gris afecta a todo tipo de relaciones, pero es especialmente problemática para las personas que tienen más de una relación a la vez. En la sociedad en general las relaciones simultáneas múltiples se dan habitualmente como engaño, un modelo que de por sí coloca a todo el mundo en situación de que les puedan tratar mal. Afortunadamente, más y más gente eligen tener relaciones simultaneas honestas y éticas (poliamor o relaciones abiertas).

Pero las relaciones no convencionales no se dan en el vacío. Puesto que la relación monógama a largo plazo (o al menos la monogamia en serie) son el objetivo por defecto de la sociedad (¡prácticamente obligatoria!), la mayoría de la gente lo intenta primero según ese guión. Hay mucha gente satisfecha con la monogamia tradicional, pero como muestran claramente las estadísticas de divorcios, rupturas e infidelidades, la monogamia tradicional no garantiza la felicidad, estabilidad, satisfacción o que dure en el tiempo. Incluso personas monógamas toda su vida mueren a menudo solas.

Por eso a menudo mucha gente llega al poliamor y las relaciones abiertas «abriendo» una relación principal preexistente (y anteriormente monógama), o teniendo una relación con alguien que ya está en una pareja con una relación abierta o poliamorosa.

…Pero tiene trampa: Nuestra sociedad venera y apoya las relaciones principales mientras que ignora, trivializa o denigra las relaciones no-principales. De acuerdo con nuestra sociedad, las relaciones no-primarias —por definición— se supone que no han de ser «serias». Esto crea obstáculos inherentes a toda relación no-principal; pero especialmente en las que al menos una de esas personas es también parte de una pareja principal.

El resultado: Demasiado a menudo las relaciones no-principales terminan no siendo tratadas con respeto o de manera justa según pasa el tiempo. Esto normalmente no se deriva de una falta de cuidados consciente, falta de respeto o malicia. Más bien, la personas involucradas están inventando cómo gestionar su relación no-principal según se va dando; a menudo con escaso apoyo, con pocos referentes positivos y toneladas de la «mochila» de los modelos de relación estándar en la sociedad que no encajan (por supuesto, buscan evitarlas) con su propia situación.

 

 

El problema, resumido: Hay un relato social abrumador que dice que cualquier otro tipo de relación que la monógama está equivocada o no es válida, lo que como consecuencia proyecta la idea de que las relaciones no-principales son menos importantes. Esto desanima a la gente para desarrollar habilidades para cuidar relaciones no-principales a largo plazo que sean sanas, y a terminar o pasar por ellas honradamente. También hace más fácil que la gente que tiene (o desea tener) una pareja principal escriba por su cuenta el guión de la relación dejando fuera a sus parejas no-principales o al menos verlas como amenazas o personajes secundarios cuando aparecen complicaciones. Esta es la razón por la que, muy a menudo, las relaciones no-principales son cortadas inmediatamente cuando una relación principal anterior siente inseguridad o cuando una relación no-principal decide que quiere tener una relación principal (contigo o con otra persona).

Ya, es una mierda. Pero así es cómo funciona el condicionamiento social, a pesar de las buenas intenciones y los profundos sentimientos. Además, es una mierda para todo el mundo, incluídas las personas en la pareja principal. [en inglés]

Necesitamos mejores ejemplos de cómo gestionar las relaciones no-principales, especialmente en la comunidad poliamor y de relaciones abiertas. Porque, desgraciadamente, en este momento el poliamor (o cualquier acercamiento a relaciones no-principales significativas) no es un lugar muy seguro para las relaciones no-principales; no a largo plazo.

Hace falta que eso cambie, y PUEDE cambiar, prestando atención conscientemente, buena voluntad y valentía de las relaciones no-principales y la gente que nos quiere.»

 

El resto del post, en inglés, en la web donde se publicó originalmente.

 *Hace tiempo escribí sobre la escalera de las relaciones

 

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