¿Dónde está Wally? (Capitulo 3)
10 noviembre, 2007 a las 12:01/ por moscacojoneraAntes de nada.
El tono
Me ha dicho mucha gente (aquí o gente a la que envío emails) que mi manera de hablar da la impresión de que tengo la verdad absoluta, de que suena muy seria. Ojo, porque suena MUCHO MÁS SERIO DE COMO LO PIENSO EN REALIDAD. Hablado en persona sería cosa de quejarme un poco y ya.
Las fiestas de Linda
En este caso no es un caso de profunda decepción que me lleva a renegar del gremio BDSM. Simplemente que me daré algo de «aire» para no quemarme. Las fiestas de Linda no es que sean las únicas que hay. Es que aparte de eso, son las que veo mejor planteadas. Reunión de amigos sin comprometer inversión. El problema está en que cuando las fiestas no son en un jueves normal.
Cuando es un jueves, a la vuelta de la esquina está un viernes-putada. Eso hace que sólo vaya la gente para la que es realmente importante ir, mientras que el resto encuentra cosas mejores que hacer. O les atan sus obligaciones familiares.
Cuando después de ese jueves hay un puente, la jodimos. Porque aparece la gente que se iba a ir de marcha (o los que se iban a ir «de putas», como el jueves pasado) y se meten allí en medio. Y claro, ante semejante pastel, el local no le va a cerrar la puerta a 50 personas… Una cosa es dejar fuera a dos o tres colgados que se acercan un jueves, otra cosa es perder tanto dinero. (Esos los «daños colaterales» que tiene el que no sea un local sólo para BDSM).
O sea: que sólo es un coñazo cuando hay festivos después.
Lo que todos sabemos
Aparte de eso, dalemolino, ya sabemos. Hay una inmensa comunidad en internet que no tiene nada que ver con la realidad. Hay mil casados, curiosos, armariados y demás, que no aparecerán nunca en una fiesta. No dejan de ser «la audiencia»: son como si tienes un programa de televisión y sabes que hay miles mirando. Sabes que el día que les digas: «Vamos mañana al campo», no va a ir ni dios.
¿La solución?
Como me encanta lo que llaman «marketing social» vamos a darle más vueltas al tema.
Yo trabajo (gratis) para una asociación (de la que soy socio) encargándome de pensar maneras para atraer a gente más joven. Me gusta pensar en maneras de «darle otro aire». De implicar a la gente.
¿Cómo se conseguiría en la comunidad BDSM? Con el esfuerzo de unos pocos*, con entre 5 y 10 personas, organizando actividades. Montarse como asociación esos tres (solo para facilitar el pedir salas, espacios,…) y organizar charlas invitando a gente. Con exposiciones de pintura/fotografia/escultura/etc del tema. Con un ciclo de películas relacionadas con el tema. Actividades públicas que animen al debate, y en espacios siempre diferentes y «neutrales»: no siempre en una mazmorra. Sino que se pueda acercar cualquier persona a la que le ha sonado interesante. Charlas con osos, con bollos sm… Mesas redondas con queers sm…
Un curro poco a poco. Diurno. Que pide horas. No tantas como parece. Muy satisfactorio, lo digo por experiencia propia. Y con las orejas muy abiertas. Escuchando qué es lo que la gente echa de menos, para darse cuenta de si «pincha» por ahí el gremio.
Conclusión
Aparte de todo esta derivación, la cosa era otra.
Lo que pasa es que buscar la solución a las cosas siempre me ha divertido. Es como un sudoku. Y siempre tiene solución. De nivel más básico o más complicado. Pero siempre la tiene.
Pero a lo que iba es que, bueno, seguiré quedando con amiguetes pervertidos, ofcors. Y a las fiestas volveré en el 2008, a meter la nariz, a ver que tal va la cosa… Pero no por rebote. Sino para replantearme cosas. Ver qué pinto ahí en medio.
Y recuerden: Ojo, porque suena MUCHO MÁS SERIO DE COMO LO PIENSO EN REALIDAD. Porque si no, se van a creer que voy de gurú. Y no. Simplemente que encontré este rollo de los blogs que me permite quejarme durante mucho tiempo sin que nadie me lleve la contraria :P Ustedes también pueden quejarse. Miren a la jovencita Nina. O Maeve. O Graell, Tentesion, Alfil, Cain’s House… Será por blogs. Qué razón tenía Foucault. Todos a hablar.
Blogalícese!
*entre los que no puedo estar porque ya tengo mucho curro, quizá en otro momento.