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#EducacionSexual, nueva serie de artículos

18 diciembre, 2018 a las 13:13/ por

A partir de hoy inicio otra serie de posts sobre educación sexual, convirtiendo en pequeñas píldoras lo que explicamos durante siete meses en la Escuela sexológica. Porque sigue ausente (en general, con muy buenas excepciones) de los colegios, sigue ausente de los planes de organismos públicos, sigue sin ser una prioridad.

Y además, porque la sexología que aprendimos y enseñamos no es lo que estás pensando que es. Porque el enfoque que seguimos en sexología es un gran desconocido, porque lo aportado por la sexología en un siglo es muy desconocido, frente a lo popular que se hizo la psicología. Al mismo tiempo convivían sexología y psiquiatría, y fue la imagen de Freud la que arrastró toda la atención a su trabajo… aunque él estuviera «asignándose» ideas de la sexología (y otras fuentes) y presentándolas sin citar la fuente, como el autoerotismo, popularizado por Havelock Ellis, con quien Freud se escribía a finales del siglo XIX hasta que se murieron (el mismo año). Ellis, otro sexólogo desconocido, aunque era admirado por Freud, que tenía una foto suya en el estudio. (1) De todos modos, públicamente reconocieron otras aportaciones mutuas.

Son precisamente las cuatro primeras letras de la sexología las que lo complican todo. Como lo común es asociar «sexo» a genitales, se cree que la sexo-logía significa «estudio, tratado o ciencia» que se ocupa de los genitales. Como si nuestra sexualidad no fuera más allá de los genitales… 

La sexología estudia todo lo que tiene que ver con nuestra sexualidad. Y eso es muy muy muy amplio. Tanto cómo nos identificamos, a cómo se manifiesta eso, qué deseamos, con qué fantaseamos, qué hacemos, cómo nos excitamos, cómo nos comportamos, cómo nos atraemos, cómo nos relacionamos en pareja y en otras estructuras, cómo nos embarcamos en proyectos a largo plazo, cómo criamos… al mismo tiempo que se trabaja en desmontar un montón de ideas equivocadas que hemos ido heredando.

La sexología se cree que es biologicista y «binarista», cuando desde luego la nuestra no… Se cree que se centra en los genitales, cuando en absoluto es así. Se cree que se centra en «ser una persona sexualmente activa» y para nada. Se cree que sólo se centra en cosas tan comunes como problemas de erección, de dolores, de molestias en nuestros genitales, cuando va mucho más allá. Se cree que Masters y Johnson se centraban en los genitales, cuando es la visión de esa época la que hizo entender así su trabajo (sabiendo en realidad mucho de las relaciones, sobre todo gracias a Virginia Johnson). Se cree que se encarga del placer y los orgasmos, cuando en realidad esa es la obsesión de los medios de comunicación (y «vende» mucho en redes sociales). Se cree que debe encontrar un encaje con el feminismo, cuando hace tiempo que está incorporado. Se cree que es una disciplina de señores (viendo las figuras históricas y sus fotos), cuando en realidad vienen de los márgenes. Son sexólogos homosexuales (Hirschfeld fue de los primeros luchando públicamente por sus derechos a principios del siglo XX), son sexólogos travestis, «pervertidos», sadomasoquistas, «promiscuas», «raritos». Y la tradición sigue…
#ejemejem

 

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Hay muchas ideas creadas en torno a la sexología que sólo se se derivan de lo que cada cual crea que significa «sexo» ¿Crees que «sexo» son los genitales? Pues creerás que sólo se ocupa de genitales y orgasmos ¿Crees que el «sexo» es conducta? Creerás que la sexología se centra en los genitales y las conductas relacionadas con follar ¿Crees que «sexo» es placer? Creerás que la sexología se ocupa del placer ¿Crees que hay que hablar de lo urgente y no de lo importante, que hay que cubrir la demanda, olvidando las carencias? Entonces creerás que al menos hay que hablar de anticoncepción e infecciones ¿Crees que sexo es una función de la especie humana?  Pues verás paralelos en la fauna, verás funciones reproductivas, instintos y nada más y te olvidarás de la parte que es de tu cultura, de la riqueza que tiene y que se le puede dar.

La sexología se ocupa de todo lo relacionado con todo lo que somos, pero teniendo toda nuestra sexualidad presente a la vez… Se encarga de saber encajar la forma de entender los hombres, las mujeres y todo lo que podemos ser, de encajarlo con nuestro deseo, con nuestras ganas, con el placer, con los cambios por los que pasaremos, todas esas cosas que tenemos y no nos parecen normales, o que nos sabemos muy bien cómo convivir con ellas, desde tener manos «de hombre» o piernas «de mujer» a fantasías que nos chirrían… Todo eso intentaré irlo haciendo lo más accesible posible aquí, gota a gota, post a post, idea a idea. Veremos si es posible hacer cambios a largo plazo en nuestro entorno.

Mañana comienzo con la dichosa diversidad, central en nuestro trabajo.

Desde luego, tengo claro que quiero que la sexología sea algo más que señalar a la gente dónde se está equivocando, como le he visto hacer a mucho pensamiento crítico en muchos campos. Prefiero que esas ideas se popularicen en la medida de lo posible y poner mi grano de arena para que las cosas mejoren, en lugar de quejarme constantemente de lo mal que va todo.


 

(1) The Freud Encyclopedia: Theory, Therapy, and Culture, de  Solomon Southwick

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