El infierno de Incisex (y algunas recomendaciones para superarlo)
13 febrero, 2018 a las 20:01/ por moscacojoneraEl otro día hablaba con amistades que comenzaron este año el máster de Incisex (el de la Univ de Alcalá de Henares) y eligieron ese, en parte, por mi recomendación cuando conté en este blog mi experiencia inmediatamente después de haberlo hecho ¿Cómo está siendo la experiencia de estas amistades que lo están haciendo este año? Odiosa. Odian el máster, las clases, los temas, el director del máster (Amezúa)… Todo. Están pensando en irse a otro máster diferente, dejarlo, abandonar. Hasta ese punto llega su enfado. EXACTAMENTE EL MISMO ENFADO QUE SENTÍA YO EL PRIMER AÑO. Les pregunté el jueves… «¿¿pero no habíais leído lo que decía yo en mi blog cuando lo conté, que me pasé meses deseando irme???» A eso le llamo «el infierno de Incisex», a esos primeros meses. Y por eso creo que se puede ayudar un poco a superar el trauma XDD
En 2016, al terminar el máster, yo decía en ese post:
«Comencé el máster. Y el choque entre el enfoque activista que había llevado hasta ese momento y lo que me encontré fue grande. Muy muy grande. Pero no sólo me pasaba a mí: Yo creo que un tercio de la gente que estábamos en primero y que veníamos con un enfoque desde teoría de género/feminismo/queer/sexualidad-no-convecional nos estuvimos planteando durante 3 meses dejar el máster. Dentro y fuera de clase había discusiones eternas sobre un montón de temas relacionados con ese enfoque. SPOILER: Dos años más tarde, ese tercio de la clase hemos terminado recomendando el máster a otra gente.«
No es que algo nos pareciera mal. No es que nos cabreáramos. El cabreo iba mucho más allá. Era la (supuesta) certeza de que eso no era lo que buscábamos y que por eso nos queríamos ir cuánto más lejos mejor. Ahora, tras haber hecho un tercer año aparte del master (lo que llaman Sexología Avanzada), que terminé el verano de 2017, puedo decir que el tercer año también valió la pena. Y sigue valiendo la pena lo que sigo aprendiendo de Juncal, Bruno, NJ (@snow_felina en twitter) y @heroedesillon. Como conté en aquel post, lo que gané en esos años fue una perspectiva muchísimo más amplia para entender todo lo relacionado con el sexo.
Pero entiendo que el relato, tres años después, tampoco ayuda mucho a quienes ahora lo están sufriendo en el primer año del máster, así que dejo aquí algunas pistas que le di a estas amistades y que pueden ser útiles para más gente que quizá lo estén sufriendo ahora.
1. La idea con la que se suele entrar a un máster es «voy a aprender más de lo que sé ahora». Es decir, se va con la idea de SUMAR más cosas a lo que ya sabemos, simplemente añadir más y más contenidos, libros, papers… El problema con el sexo es que en el siglo XX se ha hablado muchísimo de él… desde teorías diferentes. Con lo que sí, sabemos muchas cosas aprendida cada una en un sitio distinto, y por eso, a veces no encajan. Con lo que antes de aprender, hay que «desaprender» cosas. Muchas más de las que creemos. Por eso se tiene esa sensación de no avanzar los primeros meses. Aprender es más fácil que desaprender. A menudo aprendemos a base de acumular más y más información, pero no siempre: A veces hay que cambiar de enfoque, de paradigma, de perspectiva. Y por eso los primeros meses no son tanto de «acumular más conocimientos», como de tener cierta sensación de «vacío», de que nos falta seguir «avanzando» en la misma línea que preveíamos avanzar, con las mismas ideas con las que hemos pensado y hablado toda nuestra vida sobre el sexo.
2. De todos modos, hay quien, como prueba de autenticidad, de que realmente se puede «aprender» (como acumulación) quieren saber lo último que se está estudiando, lo último que se está escribiendo en sexología. De nuevo: Desaprender requiere cambiar los cimientos, las bases y eso no hace falta que se haya escrito el año pasado, sino que lo ha ido escribiendo Amezúa y algunas aportaciones más en sexología sustantiva. De todos modos, si alguien tiene hambre de papers recientes, @heroedesillon es una máquina expendedora de documentación. No para. Quizá se preferiría encontrar algo más elaborado, o traducido, o simplificado… Lo estuvo haciendo unos años en el blog Sexología en redes sociales. Pero después de que les plagiaran y copipegaran tanto material a Juan, Almudena y Xamu, dejaron de escribirlo, muy razonablemente.
3. Y la tercera duda que se puede tener es, entonces, si se reaprende, qué es lo que se reaprende. Una de las primeras lecturas que se recomiendan antes de entrar al máster es «Sexo: Historia de una idea». Sexo, esa palabra que nos vale para designar un montón de cosas distintas y que al final no sabemos qué es en concreto. En ese libro están algunas ideas que estarán circulando durante todo el máster. Y es útil para entrar en contacto con el enrevesado estilo de Amezúa a la hora de escribir.
4. La última recomendación… paciencia con Amezúa. Es muy mayor, y tiene algunos comentarios a veces que me chirrían mucho. Pero ojo, algunos de esos comentarios no son más que «trapos» a los que cuesta no entrar y que hacen falta en el proceso de desaprender. Durante meses estuve creyendo que llegaba los domingos por la mañana a pasar el rato en lugar de dar clase… hasta que te das cuenta que es su manera de dar clase y ampliar tu perspectiva sin que te estés dando cuenta. Dejando eso de lado, se le debe mucho por haber creado una manera de enseñar la sexología desde sí misma, sin recurrir a otras disciplinas. No es que se nieguen esas otras disciplinas, ni que se prescinda de ellas, ni que desaparezca lo que aporta la sociología, la psicología, la medicina, sino que se ha creado un marco propio desde el que explicar todo lo que nos sucede relacionado con el sexo, de manera que sabes dónde termina tu terreno y dónde empieza el de otras disciplinas. En general le agradezco lo muchísimo que ha escrito y pensado sobre el sexo, su manera particular de conseguir lo que consigue en sólo 21 sesiones y todo el trabajo que, a partir de ahí, sigue haciendo quienes siguen pensando y escribiendo desde la sexología sustantiva.
Desaprender del machsimo donde crecimos (casa,colegio de monjas,pueblo y ciudades donde creces,etc) aunque digas que no ,llegas con «conocimientos » que hay que desaprender para aprender conceptos que van encajando en la nueva y «saludable» perspectiva de sexo y genero.