El negocio de los lazos rosas (El origen del lazo rosa contra el cáncer de mama)
26 octubre, 2015 a las 18:17/ por moscacojoneraHoy he necesitado «pedirme el dia libre» en el blog :P así que pondré algo que me da poco trabajo: Un vídeo sobre las campañas del lazo rosa contra la campaña contra el cáncer de mama y los mucho intereses que participan ahí. Lo vi el sábado por la noche y había muchos temas que me interesaron, como que el lazo ROSA es la elección de color hecha por la asesoría legal de Estee Lauder que quería convertir en su causa la idea del lazo (que era color «salmón» en un principio). Y la creadora —Charlotte, que murió el año pasado— se negó a que lo usaran. ¿Cual fue la estrategia de la revista? Cambiar el color para evitar tener problemas legales con la creadora.
«A principios de los 90, Charlotte Haley [en la imagen superior] comenzó una campaña para llamar la atención sobre la ausencia de investigación para curar el cancer de mama. «Charlotte, en el comedor de su casa, diseñó un pequeño lazo color salmón. Hacía 5 cada vez, junto con una tarjeta que ponía «El presupuesto anual del National Cancer Institute es de 1.800 millones de dólares, de los que sólo el 5 por ciento se destina a prevención del cáncer. Ayúdanos a llamar la atención de la clase política y América llevando este lazo». Y entonces llegó la llamada de Estee Lauder.
Charlotte no quería tener nada que ver con las grandes empresas norteamericanas. Quería mantener la movimiento político del lazo como algo comunitario, y rechazó a Estee Lauder, quienes contestaron a Charlotte que no necesitaban su permiso; todo lo que tenían que hacer era cambiar el color del lazo. Y así es como el lazo color salmón, nacido en el comedor de Charlotte Haley se convirtió en «Lazos Rosas, Sociedad Limitada»»
Este es el documental: Lazos Rosas, Sociedad Limitada.
Hay más temas interesantes en el documental como la paradoja el cinismo de las empresas de cosméticos, que usan muchos productos tóxicos asociados al cáncer al mismo tiempo que ponen el lazo rosa en sus envases como muestra de apoyo. O la web Skin Deep, donde se pueden buscar miles y miles de cosméticos, para saber qué sustancias contienen, su nivel de peligrosidad y a qué enfermedades se asocian. O la necesidad de repolitizar la protesta, en lugar de dejarla en cantos al optimismo, en querer convertirlo en algo normal (cuando sufrir un cáncer no lo es), tener que ser supervivientes y superarlo (en lugar de poder estar hechas un asco), en tener que estar positivas casi obligatoriamente cuando es lo último que les apetece, pero que prácticamente no se les permite.
También hablan del poquísimo dinero que se destina a la prevención (y mucho a medicamentos), de la ignorancia que existe todavía en torno al cáncer de mama (la mitad de las enfermas no tenían factores de riesgo), de lo mucho que queda por hacer y que no se hace.