Esposas
18 septiembre, 2011 a las 9:00/ por moscacojonera
Cuando se piensa en sujetar a alguien a la cama se suele pensar a menudo, como primera opción, en unas esposas. De las primeras cosas que acaban en un «ajuar» de juegos junto a la cama. Error: Tienen muchas pegas. ¿Resumido? Creo que es recomendable no usarlas. Ni las que te venden con peluche. Pueden hacer mucho más daño del que te crees.
- «Hacer dormir a tu pareja esposada puede producir problemas de circulación.»
- «En una escena D/S, donde la seguridad es menos importante que minimizar el riesgo innecesario de lesiones, es mucho mejor aplicar las esposas a la espalda de tu pareja, con las palmas de las manos una contra otra. «
- «No existe nada tan fustrante como darte cuenta en medio de una relación que no encuentras las llaves o no sabes donde las dejastes. (sic)»
Algunos consejos generales sobre ataduras: «En general, cuando dejas a alguien con ataduras, atiende a hormigueos, a que se duerma el miembro o que se enfríe. Si te han atado y tus manos o pies tienen hormigueo o se te duermen, eso normalmente significa que la sujeción está apretando un nervio. ¡Díselo a tu pareja de juego! Que tu pareja te las afloje o mueva para que el hormigueo se vaya. Si tus manos o pies se enfrían, la circulación se ha cortado. De nuevo, afloja las sujeciones o vuelve a colocarlas.«