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(H)amor – Parte 3

23 junio, 2015 a las 11:00/ por

 

¿Qué tiene de nuevo la no monogamia actual?

Entonces en esto de la no monogamia ¿donde está la novedad, si se arrastran lastres tan antiguos, si se lleva practicando desde hace siglos?

En parte influye que, al ganar independencia económica y sexual (vía el feminismo y los anticonceptivos) las mujeres han podido sumarse a esos cambios en las relaciones con más tranquilidad…aunque todavía con la presión social en cuanto muestren su deseo abiertamente. Pero permite que se equilibre la antigua situación en que ellos podían tener dos familias mientras que la mujer o mujeres tenían que aceptarlo porque si decidían salir de esa situación, se volvía complicado salir adelante sin un trabajo.

El cambio revolucionario en la no monogamia actual está en que se hable, que se plantee, que se discuta abiertamente sobre los pros y los contras, que se ponga sobre la mesa en lugar de ser una (a veces) discreta válvula de escape para sobrellevar la monogamia. El cambio está en que se hable de los celos que se sienten, de los sentimientos no tan agradables que surgen y que no sea aceptable seguir adelante mientras una de las personas en esa relación está sufriendo. Que se pueda hablar con personas similares, que haya lecturas, grupos de apoyo (internet lo ha facilitado de una manera inmensa) y no tener que soportar situaciones injustas disfrazadas como un modelo nuevo de relación en el que se hace creer que sufrir es algo inevitable. Manejar las emociones en la no monogamia es más complicado, sin duda, pero ayuda a hacer satisfactorias relaciones que quizá no lo hubiesen sido de seguir siendo cerradas, como cuando, por ejemplo, uno de los miembros de la relación quiere explorar el BDSM, el crossdressing o cambiar su orientación y el otro no.

 

 

De los mitos del amor romántico a los del poliamor romántico

Es un error común pensar que al abandonar la monogamia es normal pasar por procesos en los que necesariamente hay que sufrir. Procesos en los que no es tan raro acusar a la persona que sufre de ser poco evolucionada, de que debe ser menos celosa, más abierta. Pero claro… ver delante de ti a tu pareja, tu pareja monógama hasta hace sólo unos días, teniendo sexo o demostrando cariño por una tercera persona puede ser complicado de soportar si antes de pasar a la no monogamia no se han “hecho los deberes”.

¿Cuales son esos deberes? Pues el primero y más importante, saber qué se quiere. No hace falta necesariamente tener todo claro desde el primer día, pero sí al menos cosas básicas, como saber que se quiere explorar la no monogamia de una manera honesta. Es fundamental, antes de dar ningún paso, tener más o menos claro qué nos hará felices, tener una idea aproximada de qué estamos buscando, cuáles son nuestras tendencias habituales, nuestra capacidad de compromiso y honestidad.

Una vez que se tiene claro eso, conviene conocer, cuestionar, replantearse los mitos del amor romántico. Y no es nada sencillo abandonar muchas ideas que nos ha gustado creer y en la que nos insiste la cultura mediante prensa, cine, novelas, etc. Cuesta admitir que esa relación que nos hace tan felices puede terminarse mañana. No es sencillo admitir que ya no seamos la única persona especial en la vida de alguien (olvidando que nuestra relación con esa persona sí es única, como cada una que tenemos). Parece mucho menos mágico que el amor no aparecerá del cielo para salvar nuestra relación sino que hay más de esfuerzo, de trabajo que de magia en mantener o recuperar esa relación. A veces alguien se lamenta de no tener la coartada del amor irrefrenable para poder hacer lo que quiere, sin responsibilizarse. Hay quien lamenta ya no tener coartada para controlar a la otra persona. Era mucho más tentador y nos ahorraba tener que autoconocernos el hecho de culpar a nuestra pareja de la inseguridad que sentíamos… cuando era infundada, claro; a veces la pareja que parece que se aleja, se está alejando de verdad.

Si antes de abandonar la monogamia no nos replantearnos muchos mitos románticos, pasaremos del amor romántico al poliamor romántico: Una relación no monógama en la que, en lugar de tener un culebrón con nuestra pareja cada vez que hay un conflicto, tendremos un culebrón con cada una de nuestras relaciones. En lugar de llantos, enfados, drama pasaremos a tener “polidramas”. Y claro, viendo que no se produce ese nirvana del amor entre los miembros de la relación que nos habíamos creído y que se tiene que pasar por ese camino de sufrimiento, no tardaremos en llegar a la conclusión de que, si vamos a estar sufriendo tanto, no vale la pena meterse a un tipo de relación tan complicado.

 

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Este texto es parte del artículo «Un traje a medida», incluido en el libro «(h)amor», publicado por Contintametienes. Como lo define la editorial, «este volumen colaborativo reúne artículos breves acerca de modos de relacionarse en lo sexoafectivo. Se trata de una lectura plural, que se presenta como una aproximación al concepto del amor, sus usos, maneras, grietas y posibilidades y que aborda temas como el poliamor, la anarquía relacional o el amor romántico. Este título, con h, paréntesis y minúscula, pretende ser solo una muestra del inabarcable y siempre cambiante abanico de formas que pueden adoptar el amor y los afectos». Se puede comprar en su web, en Traficantes de Sueños

 

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