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Incisex: Más allá del paradigma médico

11 junio, 2018 a las 9:00/ por

Cuando en estas fechas, momento de pensar en matricularse, me preguntan sobre qué máster de sexología elegir, y una de sus opciones es Incisex, les recuerdo cuál me parece una de las diferencias más importantes: El de Incisex se sitúa más allá del paradigma médico que se ha convertido en omnipresente. 

Muy poco a poco, sin casi darnos cuenta, se ha ido reduciendo lo que entendemos por «sexualidad» a terrenos médicos, medicalizados, patologizados… Y así se ha terminado creyendo que la educación sexual consiste en hablar de medios contraceptivos y prevención de contagio de infecciones. Y cuando se quiere ir más allá, no se va mucho más allá que reforzar la sexualidad como algo muy cercano a «conducta copulatoria» y al trabajo: Más orgasmos, mejores orgasmos, encuentra la manera de tener orgasmos perfectos, duración perfecta, performance perfecta…se entienda lo que se entienda por perfecta. Cómprate viagras, geles de placer, juguetes…

Esa suele ser una de las mayores frustraciones de quienes entran en Incisex sin saber que hay una manera de entender la sexualidad más allá de genitales, infecciones y de «tener mejor sexo». Se suele creer (eso me pasó a mí al entrar) que vas a saber más sobre sexo. Es decir: Que no se va a descolocar ningún concepto previo y que lo único que va a suceder es que te van a dar toda la información que te faltaba para completar una visión de la sexualidad que no ha revisado todas las herencias históricas (como la libido, el deseo como instinto, la orientación mal entendida, la sexología mal entendida…). Se entra creyendo que vas a aprender MÁS de lo que ya sabías… como si no te estuvieras haciendo un lío de conceptos antes.

Lo que sucede es que no aprendes sólo más sino MEJOR. Y eso supone desmontar y revisar cada pieza que traías «de casa», (cada concepto que has heredado sin darte cuenta de que algunos son incompatibles y tienen consecuencias no tan deseables) completar el significado de ese concepto y volver a colocarlo en el sudoku de toda la sexualidad humana.

Esa revisión suele llevar a la confusión también. Hay quien se cree que revisar esos conceptos supone negar algunas realidades. Se confunde «traducir» esas realidades (los relatos de esas realidades) a los conceptos utilizados dentro de un sistema coherente para entender la sexualidad humana. Eso es lo que tiene Incisex, que hace una revisión completa y recoloca TODO dentro de un marco coherente. Y eso lo hacen a costa de algo muy arriesgado: No estar dando a quienes asisten a sus clases lo que creen que necesitan. Se necesita bastante tiempo para ver la foto completa. Y hoy día se prefiere llegar, aprender y aplicarlo la semana siguiente. En lugar de eso, la sensación inicial es que sólo te desmontan cosas pero no sabes qué va en su lugar. Eso se va viendo poco a poco y a la larga, algo que necesita de cierta fe y calma… 

Es un sistema arriesgado porque, como ya dije en mi primer texto contando cómo es el máster, ya expliqué que me pasé muchos meses arrepintiéndome y planteándome a qué otro máster me iba. Tardé tiempo en ver la foto entera. En febrero sumé a eso un post sobre el «infierno de Incisex» para entender esa época inicial donde te preguntas por qué no te has matriculado en otro.

Espero que este tercer post, destacando una de las principales diferencias de Incisex, valga para ver más claro cuál puede ser la mejor elección. Sólo depende de las expectativas de cada cual e ideas en torno a la sexualidad. Hay quien considera crucial mantener el paradigma médico como central, y cualquier otra alternativa le resulta frustrante, chocante, irresponsable… Tener eso en cuenta puede ayudar a verlo más claro.

¿Mi postura? Por si aún no está claro, estoy feliz de haberlo hecho allí, gracias a la insistencia de una amiga. Cuesta darse cuenta de la visión tan limitada que estás teniendo de la sexualidad humana cuando el único enfoque que aplicas es la salud y lo médico, sin darse cuenta que cómo nos vemos y entendemos, cómo nos sentimos y vivimos, nuestra manera de comprendernos, nuestras emociones, sentimientos, relaciones, fantasías, deseos, contradicciones, problemas, expectativas, satisfacciones, proyectos planteados en una relación y un largo etcétera, son parte de una misma constelación en la que lo fundamental es nuestra propia experiencia. Es nuestra biografía lo que estamos viviendo, y de lo que hablamos con otras personas (de sus propias experiencias vitales) y ahí se dan todas esas facetas a la vez. Es fascinante tener la perspectiva para verlas todas a la vez.

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