La no tan afortunada combinación de Facebook y no-monogamia
27 octubre, 2016 a las 11:00/ por moscacojonera
Cada día se comparten más cosas en Facebook y ya se ha hecho imposible buscar cosas en tu propio muro. Se ha convertido en un torrente continuo que, si no lo ves a menudo, no sabes si te estás perdiendo algo interesante. Cada día se parece más a la televisión: Sólo puedes cambiar de canal, pero el caudal de información no se detiene ni puedes volver atrás a comprobar algo.
En nuestro muro van apareciendo cosas constantemente sin que puedas controlar lo que aparece. Ese es el terror de Facebook ahora: Se parece a una televisión que cambia de canal ella sola. De ahí lo lógico de los «trigger warnings» en las redes sociales, esos avisos de que el tema del que se habla puede herir tu sensibilidad de alguna manera. Algo parecido a lo que hace la televisión normalmente, diciendo si el siguiente programa es apto para mayores o menores de una edad determinada. El problema estaría si la televisión fuera cambiando de canal ella sola: No podría avisarte «cuidadito, que te voy a cambiar de canal y ponerte imágenes de Auschwitz». O toros, o cáncer, o maltrato, o terror, o el tema que sea…
A veces aparecen cosas inesperadas porque Facebook asume que, como a tus amistades les gusta la marca Audi, seguramente tú quieres saber que acaban de fabricar un nuevo coche. Eso molesta, pero no nos llega a las tripas. Otras veces aparecen cosas inesperadas de personas con quien tienes o has tenido una relación… y eso en las relaciones monógamas es complicado (pero puedes borrar a tu ex y ya está). En las relaciones no-monógamas no es tan fácil de gestionar ¿Por qué?
Si hablamos del Mundo Real™, la complicación añadida que tiene la no-monogamia es que dejas de vivir en la sospecha para vivir en el mundo de la absoluta certeza. En una relación monógama donde hay sospechas de engaño puedes imaginarte, sospechar, creer que quizá la persona con quien tienes una relación en este mismo momento está follando (o de viaje, o de fiesta, etc) con otra de sus relaciones. En la no-monogamia pasas al mundo de las certezas: Sabes 100% seguro que han quedado esta noche en su casa. O que se han ido de vacaciones a un lugar donde tú nunca has ido. O se han lanzado en paracaídas. Cada cual reacciona más a unas cosas que a otras…
Eso es lo que obliga a replatearse cosas en la no-monogamia, la razón por la que conviene tener muy muy claro para qué te metes en semejante lío: Tendrás la absoluta certeza de que se están echando el polvo del siglo. A lo mejor hasta lo oyes desde tu habitación… O cualquier otra situación en la que puedas envidiar su situación.
Pero si no lo ves, si no llegas a encontrarte su ropa interior usada olvidada debajo de la cama… sí puede que te encuentres las pistas post-encuentro repartidas por Facebook. Sí puedes encontrarte sus fotos de las vacaciones, el vídeo mientras se lanzan en paracaídas, los likes, los comentarios…
Y al encontrar esas pistas tienes la opción de verlas o no. Porque reaccionar, vas a reaccionar, sea bien o mal… Y hay momentos es que se prefiere no ver esas noticias sin previo aviso. En ese caso, frente al traumático y conflictivo «Eliminar de mis amigos» está la opción mucho más calmada de «Dejar de seguir a (la persona que sea)», con la tierna aclaración debajo: «Dejar de ver publicaciones pero seguir siendo amigos(as)».
Entender Facebook como una televisión cambiando de canal sin avisar ayuda a darse el derecho a apagar los canales que haga falta. Si queremos ver algo, ya nos meteremos a ver ese canal por decisión propia (si no se cae en el error de la lengua buscando la herida en la boca… mirando donde duele una y otra vez). Y si hace meses que no vemos ese «canal» que hemos dejado de seguir, será porque nos hacía falta dejar de verlo una buena temporada.
Lo curioso es que desde la psicología se recomienda una y otra vez un proceso de «cicatrización» con tu ex: No lo borres, deja la herida al aire y que se vaya curando ¿Es eso siempre lo más recomendable en la no-monogamia? Porque el objetivo no es «pasar página» sino aprender a convivir con una serie de realidades que están y estarán ahí. En ese caso el modelo del duelo no parece el más apropiado.
Nota: Esto no es una indirecta a nadie (para quien no lo sepa: nunca envío indirectas vía blog) sino continuación de una conversación gloriosa ayer a la hora de comer. Lo que debía hablar con mis relaciones ya está hablado, antes, en persona, con mis relaciones ;-)
Parecía escrito para mí, pero llegué tarde, ya lo eliminé jejejejeje. Yo soy más de la opinión de «ojos que no ven, corazón q no siente» ;)
Intenté la opción dejar de seguir. Y funcionó por un tiempo. Realmente queria aprender a.convivir.con.esto. Incluso antes de la ruptura yo alentaba a vivir sus ENRs con los flashes que le iban surgiendo. No funcionó. Todo esto produjo un cortocircuito psicologico con brotes psicoticos que aun siguen. Y acabe eliminando toda comunicacion como ultimo recurso de protección personal. Y me siento mejor.
No soy de la opinión de que la complicación añadida de la no-monogamia es que pasas de vivir en un mundo de sospechas e incertidumbres a una vida de certezas 100%. Para mi lo complicado, lo que llevo mal son las imaginaciones. Se dice que siempre imaginamos y presuponemos mucho peor de lo que realmente está sucediendo, y yo lo tengo muy comprobado.
Tambien soy de los que como Yani, elimino y borro todo rastro de lo que puede irritarme.
El que no sea capaz de sentir un mínimo de compersión, es decir, alegrarse de que la persona querida lo esté pasando bien, no debería meterse en el poliamor. Porque no le va a quedar más remedio que enterarse de lo que pasa, aunque sólo sea por razones de mera logística. En cuanto a los exes, se multiplican con el poliamor y van a ser muy difíciles de evitar.