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La revolución del BDSM, el poliamor, el género, lo swinger, lo pervertido…

12 noviembre, 2013 a las 11:00/ por

Lo «normal» se basa en una serie de acuerdos implícitos, en que lo que suceda sea predecible. Que un chico y una chica flirteen y terminen enrollándose suele necesitar pocas preguntas, porque se dan por hecho una serie de cosas: Él será más activo porque su genética le hace querer follar con cuantas más chicas mejor, mientras que ella tendrá un papel colaborador pero no tan activo. El objetivo final será una penetración. Él la penetrará a ella y no al revés. Si alguno de los dos será más dominante, será él. Ninguno de los dos se despistará con otras personas por el camino, no invitarán a su casa a una tercera o cuarta persona. El género de las dos personas no cambiará durante lo que dure su relación. Ambas personas dan por hecho que su compañía sexual de la noche tiene gustos comunes, considerados los convencionales a todo el mundo.

Esa digamos es la relación «por defecto» que tendrán, ya que lo más habitual es que suceda sin que aparezcan elementos poliamor, swinger, BDSM o de cuestionamiento del género, al menos en las primeras ocasiones. Una vez se incluyan las prácticas y visiones del kink (fetichismos, o cariñosamente dicho, perversiones), del BDSM, el poliamor, el género como algo cultural, lo swinger, aparece la capacidad de cambiar sus vidas para siempre. Incorporar esos elementos, sus dinámicas pueden cambiar nuestras relaciones sexuales/emocionales desde el momento en que las utilizamos, las ponemos en práctica. A veces para siempre. Cuesta olvidar las posibilidades que tenemos una vez las hemos probado, una vez que sabemos que tenemos esa libertad. De ahí que use el término revolución, aunque ahora se use esa palabra para cualquier cosa.

Ahí está, para mí, lo importante de tiene cada práctica. Obviamente, no tiene que ser todo el mundo fan de la no-mongamia. Ni practicantes del BDSM. Ni tienen que cambiar su género o ser queer. Ni ser necesariamente swingers, participar en orgías, follar en cuartos oscuros, frecuentar play parties. Lo radicalmente nuevo de cada una de esas opciones en que hacen replantearse el sexo, la vida que queremos tener.  Hace que no nos basemos en presuposiciones. Y que todas esas piezas, combinadas, dan la vida que llevaremos. 

Lo bueno es que esas piezas cada día van siendo más, y cada día podemos tener las relaciones sexuales, emocionales, la identidad/expresión sexual que más se adapta a nuestras necesidades, a nuestros deseos. Y como digo, son unas herramientas muy útiles. No las veo como un certificado obligatorio, como LA manera correcta de hacer las cosas obviamente. Pero emplear el pensamiento crítico, el plantearse lo que haces, por qué lo haces, y si podrías hacerlo de una manera que te hiciese más feliz, o haga menos daño a otra gente, o te haga sentir mejor, o sea más acorde con tus principios… eso siempre ha sido recomendable.

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LA NO-MONOGAMIA

La no-monogamia, obviamente, no es para todo el mundo. Pero ha conseguido romper una tradición de muchos siglos: La de estar en una relación no-monógama sin saberlo; hablando en plata, los cuernos, engañar a tu pareja. De repente, es una posibilidad que, una vez que la conoces, cuesta ignorarla. Una vez que sabes que tienes la opción de la monogamia, la opción de engañar Y TAMBIÉN la opción de hacerlo de una manera honesta… la cosa cambia mucho. De repente sabes que REALMENTE existe una manera honesta de llevar adelante una relación abierta, que otra gente lo ha probado, que hay libros, que hay grupos, que hay recursos en internet. 

Otra cosa es que se prefiera el sistema del engaño porque tiene una ventaja fundamental: Tú follas con quien quieres y, al hacer creer a tu pareja que no te acuestas con nadie más, ella tampoco lo hará. Tiene la desventaja de que en realidad estás engañando a tu pareja. No con otra persona, sino defraudando la confianza que ha puesto en ti, pero a cambio de eso puedes tener la libertad de flirtear, tontear, enrollarte o follar con quien quieras sin tener que enfrentarte a los celos que te daría ver a tu pareja haciendo lo mismo.

De repente el poliamor (o cualquier otra propuesta de relación abierta honesta) cambia las reglas de juego y te obliga a cambiar las dinámicas habituales. Te obliga a poner las cartas sobre la mesa, a hablar realmente qué sucede en la pareja, qué quiere cada miembro de esa pareja, qué le da miedo, qué le ilusiona… Es una gran opción. Otra cosa es que se quiera ignorar, o provoque terror pensar en tu pareja haciendo lo que le apetece. 

Pero si estás en contra de esa opción hay algo que va en tu contra: Todo el mundo tiene potencial no-monógamo, como cuenta el artículo de Psychology Today. No todo el mundo se ha sentido gay, o lesbiana, o trans en su vida. Pero prácticamente todo el mundo ha sentido atracción por más personas mientras estaba en pareja. Ignorarlo no hará que esa tendencia desaparezca. Ahí está la opción: Saber que hay una manera honesta de gestionar todo eso.

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BDSM

Lo mismo le veo al BDSM. Siendo el poder algo que aparece tan a menudo en el sexo (átame, te ato, me das unos azotes, etc en su versión más light), es una buena idea que existan una serie de reglas que hagan posible llevar esos juegos más lejos teniendo ciertas reglas para llevarlos a cabo. No me refiero a las famosas «sensato, seguro y consensuado» sino que hace posible llevar las fantasías a la realidad. Ser esclavo, sufrir humillaciones, fantasear con la violación, tener un sexo aparentemente forzado, probar prácticas extremas (electricidad, clavar agujas, etc) o menos (orina, lamer pies, insultos…). Todo un universo de prácticas posibles, de perversiones (en el buen sentido de la palabra) disponibles para hacer realidad todo lo que se nos pasa por la cabeza. Sin que nadie salga perjudicado de la experiencia.

El BDSM nos da esa posibilidad de tener unos ciertos códigos, normas, protocolos para llevar a la realidad las fantasías menos convencionales. Pero también nos aporta otro componente que antes no existía en el sexo de manera tan explícita: La negociación.

Fuera del BDSM, como se supone que las personas implicadas van a hacer cosas «normales», no se ponen a hablar de qué van a hacer, cómo lo van a hacer, hasta dónde aceptan, hasta donde no. Sino que funciona más por el «un poco más fuerte». «Más». «Joder, MÁS». «MAAAAAAS». Algo que es fácil cuando es que simplemente quieres dolor por ejemplo. Pero si tu fantasía es algo más complicado como fantasías de violación, o de humillación extrema…la cosa ya no es tan fácil.

Y es ahí donde creo que entra el BDSM como una herramienta muy útil. No es que sea obligatorio practicar BDSM, obviamente. Lo que es realmente importante es saber que existe una serie de normas y protocolos que facilitan llevar las fantasías menos convencionales a la realidad.

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EL GÉNERO, LO QUEER.

En la misma línea, no todo el mundo debe abandonar sus roles de «hombre» o de «mujer» tal como los han aprendido. O tal como los reproducen. Hay quien ese rol le parece suficiente, no le incomoda por ninguna parte. Pero lo queer, el replantearse el género, el ver tu manera de comportarte como algo que te han enseñado, el entender que el género es algo que se aprende, algo cultural y no algo que va en tus genes, te lleva a darte cuenta de qué puedes cambiar. 

Darte cuenta de eso te permite «construirte» de maneras mucho más ricas. De repente desaparecen esas dos únicas categorías, tan estrechas, donde tienes que encajar: O eres hombre o eres mujer. Dos categorías en las que no se permite casi nada. ¿Estás en la categoría mujer?¿¿Con todo ese vello?? Debes ser un poco hombre. Con esas manos tan grandes. Con esos pies tan grandes. Con tan poca cadera. Con tan poco pecho. Con esa voz tan grave. Con esa manera de reaccionar. Con esa manera de tener sexo sin engancharte emocionalmente. Con esa ropa que te gusta ponerte, tan poco femenina. Una categoría de la que te sales enseguida. 

¿Hombre? Es mejor que no se te ocurra ni pensar en ser gay, que ya se sabe, es lo opuesto a ser hombre. O que te parezca otro hombre guapo. O abrazarte a un amigo y quedarte ahí un buen rato porque estás depre. Tápate la cara cuando lloras. O mejor, no llores. Lleva ropa de colores lisos. No llames mucho la atención. Camisa y pantalón ¿para qué necesitas más?. ¿No te follas todo lo que se mueve?¿No estás cachondo todo el día?¿No te parecen rarísimas las tías, que no hay quien las entienda?¿Cruzas las piernas?

Pintarse la raya del ojo, ponerse ropa de colores, comportarse de una manera u otra en la cama, tener una voz más o menos aguda, ocupar más o menos sitio al sentarse, interrumpir más o menos a la gente al hablar, que reaccionen a lo que haces de una manera si pareces chica, de otra si pareces chico y de otra si no lo tienen claro. Todo te hacía caer en una categoría en la otra, lo que ayudaba estupendamente a que nos viésemos como bichos raros en cuanto nos salíamos de esas dos categorías supuestamente tan sencillas, realmente tan constrictivas.

Esa puerta abierta nos deja entrar en todas las expresiones e identidades que nuestra mente nos pida: Travestirse, optar por la androginia, mezclar (como Conchita Wurst en la foto), cambiar nuestra apariencia hasta cierto punto… 

Lo bueno de lo queer es que de repente sabemos que, siendo algo aprendido, siendo algo que sólo depende de la cultura donde nacemos, no está nuestra identidad ahí comprometida. Simplemente estamos reproduciendo lo que esa sociedad quiere ver como «hombre», que estamos reproduciendo los roles de una sociedad que sólo quiere ver dos polos opuestos.

De la misma manera, al leer e informarse sobre el tema, al aprender sobre el tema, nos damos cuenta de que no hay dos polos opuestos. Que, como poco, es una gradación de un continuo, de hombres y mujeres y cualquier punto de ese arco es igual de válido. Y si vamos un poco más allá nos damos cuenta de que en realidad el género es una cuestión de identidad, algo que puede ser muy diferente entre personas, que puede tener muchos matices, lo que se refleja maravillosamente en la frase «El género es un universo en el que todo el mundo somos estrellas».

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SWINGER / PLAY PARTIES / CUARTOS OSCUROS

Lo swinger, a pesar de cuestionar poco la heteronorma, sí rompe claramente unos cuantos mitos. Uno, el del sexo monógamo. Décadas de «swingerismo» demuestran que no hay problema en tener sexo con más personas que tu pareja. Unas parejas el sábado por la noche se van de copas o se hacen cocktails en casa. Otras parejas se intercambian, hacen tríos…

El otro mito que salta por los aires con lo swinger y cualquier otra opción de sexo en público, es el del sexo como algo privado. De repente que sea privado o público es sólo una elección. Y la vergüenza inicial, igual que la del primer día que se piensa en ir a una playa nudista tras una vida textil, desaparece cuando llegas y ves que hay cuerpos de todos los tipos, gente de muchas edades, jadeos más agudos y menos, suspiros más intensos y menos… cuando ves que cada persona lo hace a su manera.

Como en el resto de las opciones, es perfectamente posible vivir sin participar en ambientes donde se practica sexo en público. Pero una vez que sabes que existe, el que tengas sexo en privado pasa a ser simplemente una elección, porque lo preferimos así, porque ese día nos resulta más apetecible…pero que se puede hacer con otra gente de una manera completamente normal. Lo normal es hacerlo como te apetece, no de una manera determinada o de otra.

 

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Fuente imágenes

 

 

 

6 Comentarios a “La revolución del BDSM, el poliamor, el género, lo swinger, lo pervertido…”

  1. Jam dice:

    Y nosotros, cuando mejor lo pasamos es cuando se pueden mezclar todos estas tendencias.

    La revolucion desde dentro.

    Cuando los swingers aceptan toques, esteticas queer.

    O cuando en el bdsm puede haber sexo vanilla y compartido con esa pareja que tanto nos seduce y que dejan sus roles momentaneamente.

    Creemos que hay que aprovechar lo mejor de cada cosa, el hablar, el pactar como realizar las fantasias en bdsm, nos ha dado excelentes ( y sorprendentes) resultados en el ambiente swinger.

    Poliamor entre liberales?

    Tambien es cierto que ha veces puede ser un salto sin red para las personas que toman parte en estas aventuras…

  2. jorge dice:

    Lo primerísimo de todo. Gracias mosca. gracias por el curre de acercarnos mas la luz a tradiciones que no nos oponemos o nos cuestionamos.
    Es un placer encontrar gente que analice, comente y argumente las distintas vías que hay en una vida.
    Espero poder seguir deleitándome con tus artículos.
    Besos y abrazos.

  3. moscacojonera dice:

    Muchas gracias a ti por dedicar un tiempo a dejar el comentario. Bueno, y que el comentario sea tan bueno :-)))) Anima a seguir.
    Gracias! Besos y abrazos para ti también.

  4. Me ha encantado este artículo porque sabes ir al fondo de la cuestión, sabes ver el potencial revolucionario y subversivo de las sexualidades alternativas. Usar el sexo y el eroticismo como herramienta de liberación mental. La revolución erótica.

  5. Aeren dice:

    hola!!que buen articulo,me encanta esta pagina y os sigo mucho.Cuento mi experiencia personal:Hace unos 4 años conocí a un chico,antes de estar con el vivía con mas libertad sexual y sin engañar a nadie. Creo que en ese aspecto mi pareja es distinta a mi.
    jamás le he sido infiel porque no quiero ser desleal,me traicionaría a mi misma si engaño o voy por las espaldas de mi pareja.Me gustaría que los dos tuviésemos la libertad de conocer a mas gente para experiencias sexuales,me encantaría que el también tuviera esa libertada,pero yo no soy quien para decirle a nadie donde está su libertad,tal vez para el no sea así, asi que por no ser juzgada por mi pareja prefiero no decirle nada.
    Compré el libro de ética promiscua y me ayudó mucho,yo quiero a mi pareja pero me siento juzgada si le hablo de poli amor o libertad sexual con otras personas,incluso con otras personas y mi pareja…me cuesta contarle lo que siento y acabo cerrándome a la idea de o me hago responsable de mi relación monógama,heterosexual y cerrada con mi pareja y lo acepto o le engaño,y de momento jamás he querido hacerlo, me cargo de culpa si lo hago,no quiero mentir,no quiero ocultar nada,porque no se merece eso.El no lo aceptaría por que no lo ve como yo.
    Es confuso por que en otros aspectos de nuestra vida todo va bien.
    enhorabuena por vuestro tarbajo y muuuuchas gracias!! realmente aprendo mucho de esto y siempre desde el respeto.os deseo lo mejor y seguir asi de bien!! :) :) :)

    • moscacojonera dice:

      Lo que da gusto ver es la responsabilidad con la que te tomas tu relación, no es tan habitual pensar distinto y aún así seguirlo basando todo el tiempo en la sinceridad, en la honestidad. Desde luego tambien ayudará mucho que el resto de la relacion es satisfactorio, hay veces que con fantasías o soluciones intermedias también se pueden encontrar soluciones… Estará interesante saber de ti dentro de unos años y saber cómo ha ido la relación :-)

      Muuuuuuchas gracias por tus comentarios sobre nuestro trabajo :-****

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