Selección de idioma

La transgresión de la transgresión*

17 abril, 2011 a las 5:00/ por


Creo que esto ya lo he contado mil veces: Una amiga se acabó retirando del ambiente BDSM en Holanda porque se cansó de tener a tíos en pañales a su alrededor. Siempre nos parece que nuestro gusto por follarnos a alguien con un strapon -por ejemplo- es mucho más normal que los gustos del «friki» de al lado. O que atar a alguien es más normal que pisarle la cara. O que te meen encima más normal que el que te escupan. «Lo mío puede que sea un poco raro, pero lo tuyo… uf, eso sí que es demasiado.»

Poco a poco, persona a persona, me voy encontrando gente con la que comparto el que van algo más allá. Que transgreden la transgresión. Que aunque saben que viven dentro del territorio del BDSM (que ya es algo más rarito que otros tipos de sexo, que tiene cosas muy fáciles de criticar desde fuera), ven que sus gustos no se acaban de ver bien dentro incluso del ambiente BDSM. Por eso, en mi caso, me acabé inventando la K, la dichosa K del dichoso temita. Porque se me queda pequeño a veces el terreno más «normal» de cuerdas, cueros, cruces, floggers,…
Cada vez que oigo a alguien hablar de sus gustos, cuando te cuentan este tipo de prácticas, se ve que son conscientes de que viven en una especie de isla. Un terreno en el que no encuentran cómplices. Sí encuentran gente con quien hablar, gente que les dice «todo es correcto si todas personas implicadas están de acuerdo» etc etc…. pero que a la hora de verdad, no consiguen llevar a la realidad esa parte de sí mismas. O sólo de cuando en cuando y de una manera poco o nada satisfactoria.
Y cuando contamos (me incluyo) según qué cosas, notamos ese rechazo o al menos caras raras, o meneando la cabeza, como pensando.. «ay, no, no, no…», incluso dentro del mismo gremio. «Uf, es que lo tuyo es muy fuerte» o «es que eso es muy chungo»… Cosas que no son extremas como la asfixia erótica o la electricidad, que tienen una especie de cercanía simbólica con la muerte (digo yo que será eso, se admiten apuestas) y eso parece que lo hace más respetable, que te hacen aparecer como «malo malote», como «mala malísima» que es dentro del gremio (no fuera) una imagen positiva, que atrae a mucha gente.
Las transgresiones que comento están más relacionadas con el guarrerío, con tabúes que es normal que existan. Prácticas que tampoco se sabe muy bien cómo llevar a cabo, cuándo hacerlas, qué situación le correspondería alrededor como «escenario».
Son tabúes con los que queremos jugar y pelearnos alguna gente … y no es fácil. Nada fácil. Primero admitir que «eso» lo llevamos dentro, esos deseos. Y después, el ser capaz de contarlo. Menos mal que a veces algunxs nos «tenemos pinta» de que la otra persona puede entenderlo y lo soltamos y pasamos a tener otra conexión más en esa red. No digamos la tercera fase, poder llevarlo adelante con alguien y que salga bien. Eso ya es muy complicado, y a veces ni aspiras a que realmente suceda. Pero sueñas (o te matas a pajas) pensando en «eso»… Qué complicado es a veces ir por donde va poca gente…
*¿Suena anticuado ya decir transgresión en lugar de trasgresión? Ni idea…

1 Comentario a “La transgresión de la transgresión*”

  1. Anonymous dice:

    Te recomiendo un ejercicio para cuando te encuentres en esa situación, al próximo que te diga: oye lo tuyo es muy pasado, duro etc. le contestas con cara de convencido oye pues sí, y a más pasado más me gusta.

    La cara que les queda y lo bien que te queda a ti el cuerpo te juro que no tiene precio.

    Porque lo divertido de esas situaciones es que esa peña espera que te justifiques, que les hagas ver que eres normal. Oye pues no, total ¿»pa qué»?

    Lailah

Dejar una respuesta

Mensaje:

logo_lateral
 

Archivo