Selección de idioma

Las hermanas Wachowski (y la violencia que pasará desapercibida)

9 marzo, 2016 a las 15:21/ por

Parece una historia de película: Quienes hace 16 años estrenaron una de las películas más famosas de la Historia, Matrix, —la película por la que ahora se habla de tomar la pastilla azul o la roja para decidir si quieres ver la realidad o no… en la que se vio «cómo esquivar balas» e incluso que a veces se imite el movimiento… por la que ahora se llama «un fallo en Matrix» cuando algo raro sucede…— quienes inventaron ese universo, conocidos como «hermanos Wachowski», ahora son conocidas como las hermanas Wachowski, Lana y Lilly.

Parece como si llevasen a la realidad una película mítica de lesbianas… que ellas mismas dirigieron en 1996, Bound (tristemente traducida como «Lazos ardientes»). Yo me imagino a Lana y Lilly (en aquel momento Larry y Andy) escribiendo el guión de su primera película imaginándose cada una de ellas, como sus «alter ego», GinaJennifer. Y en medio de todo eso no me parece raro que para el personaje de Jennifer (Violet) hubiesen pensado inicialmente en la fascinante Linda Hamilton (Terminator 2). Fácil identificarse con ella. Probablemente las dos sintieron entre ellas esa misma complicidad —aunque sin ser pareja, claro— toda su vida.

Por eso elegí de cabecera una de las imágenes finales de la película, las manos de ellas entrelazadas. ¿Otra pista por la que quiero imaginarme que en parte se dedicaron la película a sí mismas? El último diálogo de la película:

—¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y yo, Violet?
—No.
Yo tampoco.

Y para terminar, sobre los créditos, «She’s a lady», de Tom Jones. «She’s all you’d ever want», dice la letra de la canción, «ella es todo lo que podrías desear en la vida». La canción está dirigida a una mujer. Aunque esa mujer puede estar ahí fuera… o dentro.

Bueno, todo esto es una hipótesis que me gusta imaginarme, pero que yo sepa, no existe ninguna pista en esa línea, nunca han dicho algo de ese tipo.

 

Captura de pantalla del 9/marzo/2016

Captura de pantalla del 9/marzo/2016

 

En cuanto ha aparecido la noticia en un medio, se ha ido rebotando de un medio a otro y, previsible, está en todas partes. Y lo que no deja de repetirse es la anécdota (que tiene su gracia) de que siendo antes «los hermanos» ahora sigan como «las hermanas». Pero se corre el peligro que, con la velocidad con que compartimos las cosas en internet, se nos pase por alto que el caso de Lilly se ha conocido CONTRA SU VOLUNTAD, por amenazas de contarlo por parte de algunos medios de comunicación,  sin que ella haya sido capaz todavía de hacer todo el trabajo necesario para hacerlo público. Por eso, antes de que lo publicaran esos medios que la acosaban, decidió revelarlo ayer, 8 de marzo, a Windy City Times, medio LGBT de Chicago, para poder hacerlo con sus propias palabras y en un medio de comunicación que iba a saber enfocarlo.

Ella es consciente que ese «outing» (sacada del armario a la fuerza) lo puede sobrellevar por su situación desahogada y el apoyo de amistades/familia, pero que el mismo gesto supone la muerte de muchas en su situación. Por eso Lilly ha querido escribir sobre el tema. Igual que su hermana Lana dejó un maravilloso discurso con el que reflexionamos y lloramos mucha gente, ahora es Lilly quien publica una carta que no quiero que se sepulte bajo los miles de veces que se comparta el titular, sin percibir la violencia que ha existido para que se llegase a conocer hoy. 

Pongo su larga carta entera, sin resumir y sin imágenes en medio, respetando íntegramente el texto como hice con su hermana:

«¡¡¡CHOCANTE CAMBIO DE SEXO – LOS HERMANOS WACHOWSKI AHORA SON HERMANAS!!!

Ese es el titular por el que he estado esperando este año pasado. Hasta ahora, con miedo y/o frustración. La «noticia» ha estado a punto de publicarse un par de veces. Cada vez fue precedida por un tétrico email de mi agente: «Hay periodistas pidiendo declaraciones para la historia sobre «la transición de Andy Wachowski» que estaban a punto de publicar. Como respuesta a esta amenaza de sacarme del armario contra mi voluntad, tenía preparada una declaración que era una parte pis, una parte vinagre y 12 partes gasolina.*

Entendí un montón de cosas sobre el peligro de sacar del armario a personas trans contra su voluntad, y sobre las aterradoras estadísticas sobre las tasas de suicidio y asesinato. Eso sin mencionar el artículo  que ya fue la puntilla, en la que «revelaba» que a mi padre le habían inyectado sangre de mantis religiosa en el escroto antes de tener cada una de sus hijas para producir una camada de supermujeres, empeñado en que dominen las mujeres. Vale, supersarcástico.

Pero no llegó a pasar. Quienes iban a publicar esos textos no llegaron a hacer público lo que sólo eran historias morbosas que podían tener un efecto muy dañino. Y siendo tan optimista como soy, lo atribui a que las cosas habían mejorado.

Pero ayer por la noche, mientras me preparaba para salir a cenar, sonó el timbre de mi casa. En la entrada de mi casa estaba un hombre al que yo no conocía.

— «Esto puede que sea algo incómodo», dijo con acento británico.

Recuerdo haber suspirado.

A veces es un trabajo muy duro ser optimista.

Ese hombre me explicó que era un periodista del Daily Mail, que era el mayor medio de Reino Unido y que sin duda no era un periódico sensacionalista. Y que yo tenía que sentarme con él mañana o el día siguiente o la semana que viene para poder hacerme una fotografía y contar mi historia, ¡tan motivadora! Y que lo que no quería tener era alguien del National Enquirer siguiendome a todas partes ¿verdad?. Por cierto: El Daily Mail no es en absoluto un periódico sensacionalista.

Mi hermana Lana y yo siempre hemos evitado a la prensa. Me resulta frustrantemente aburrido hablar de mi cine y una experiencia durísima hablar de mi misma. Sabía que en algún momento tendría que hacerlo público. Sabes?… cuando vives abiertamente como una persona transgénero es… complicado ocultarlo. Sólo quería, necesitaba un tiempo para hacerme a la idea, encontrarme a gusto.

Pero por lo visto eso no es algo que yo pueda decidir.

Después de darme su tarjeta, y de haber cerrado la puerta, empecé a darme cuenta de dónde había oído hablar del Daily Mail. Era el medio «informativo» que había tenido mucho que ver en la salida forzosa del armario de Lucy Meadows, una profesora de primaria y mujer transexual británica. Un editorial del-que-no es-un-periódico-sensacionalista la acusaba por su influencia dañina en la delicada inocencia de esas criaturas y lo resumía en «él no sólo está atrapado en el cuerpo equivocado, también está en el trabajo equivocado». La razón por la que yo sabía de ella no era porque fuese transexual sino porque tres meses después de que se publicase el artículo en el Daily Mail, Lucy se suicidó.

Y ahí estaban otra vez, en mi puerta, casi diciendo

«¡Hay otra más!¡Saquémosla a la luz para que todo el mundo podamos verla!»

Ser transgénero no es fácil. Vivimos en un mundo con géneros binarios aplicados a la fuerza. Esto significa que cuando eres transgénero tienes que enfrentarte a la dura relaidad de vivir el resto de tu vida en un mundo que es abiertamente hostil contigo.

Yo soy una de las que tiene suerte. Con el apoyo de mi familia y el dinero para pagar médicxs y terapeutas he tenido la oportunidad de realmente sobrevivir al proceso. Las personas transgénero sin apoyo, dinero y privilegio no tienen este lujo. Y muchas no sobreviven. En 2015, la tasa de asesinatos de personas transgénero registró su máximo histórico en EEUU. Un número horrorosamente desproporcionado de las víctimas fueron mujeres transexuales de color. Estos son los números sólo de los asesinatos registrados pero, como las personas transgénero no siempre encajan en las ordenadas estadísticas binarias de las tasas de asesinato, significa que los números reales son mayores.

Y aunque ha pasado mucho tiempo desde el Silencio de los Corderos, se nos sigue demonizando y denigrando en los medios de comunicación donde nos atacan como depredadores en potencia que no pueden utilizar los malditos aseos. Las llamadas leyes de los aseos [bathroom bills]** que están apareciendo de repente por todo el país no aseguran a la infancia, sino que fuerzan a las personas trans a usar aseos donde pueden ser golpeadas o asesinadas. No somos depredadoras, somos la presa.

Así que, sí, soy transgénero.

Y sí, he transicionado.

Lo saben mis amistades y familia. También lo sabe la mayoría de la gente en el trabajo. A todo el mundo le parece bien. Sí, gracias a que mi hermana lo hizo antes, pero también porque son personas estupendas. Sin el amor y apoyo de mi esposa, amistades y familia, no estaría aquí hoy.

Pero las palabras «transgénero» y «transicionado» me resultan complicadas porque las dos han perdido su complejidad al ser asimiladas por todo el mundo. Hay una ausencia de matices de tiempo y espacio. Ser «transgénero» es algo que en general se entiende dentro de los términos dogmáticos de hombre o mujer. Y «transicionar» tiene un sentido de inmediatez, de un antes y un despúes de un lado al otro. Pero la realidad, mi realidad, es que he estado transicionando y seguiré transicionando toda mi vida, a través de la infinidad que existe entre hombre y mujer como la infinidad que existe entre lo binario del cero y el uno. Necesitamos llevar el debate más allá de la simplicidad binaria. Lo binario es un falso ídolo.

De todos modos, la teoría del género y la teoría queer le hacen daño a mi pequeño cerebro. La combinación de palabras, como bebop [freeform jazz], chocan inconexas y disonantes en mi cabeza. Deseo entender las teorías queer y del género pero es una lucha como lo es entender mi propia identidad. Tengo una cita de José Muñoz en mi oficina que me dio una de mis amistades. La contemplo a veces intentando descifrar sus significado, pero la última frase me toca:

«Queerness is essentially about the rejection of a here and now and an insistence on potentiality for another world.» («Lo queer es fundamentalmente rechazar de un aquí y ahora, y la insistencia en la potencialidad de otro mundo»).

Así que voy a continuar siendo optimista, arrimando el hombro a la lucha sisífica por avanzar y, en lo que respecta a mí, ser un ejemplo de la potencialidad de otro mundo».

Lilly Wachowski

 

 

 

*cabreo, mala leche y comentarios «incendiarios»

** leyes que obligan a usar los aseos que se correspondan con el género asignado al nacer.

La imgen de Lilly que circula por internet es un autorretrato pero con derechos de autor de Windy City Times, como se puede ver arriba a la derecha, por eso no la uso…

 

No hay comentarios todavía

Dejar una respuesta

Mensaje:

logo_lateral
 

Archivo