Si hay algo muy complicado para todo el mundo, son las relaciones a distancia. Buena prueba de eso es que es un término muy buscado en google cuando se habla de relaciones. Hay cientos de artículos sobre el tema. Es bien sabido, por quienes han estado o están en una, lo complicado que es mantener las ganas de verse. Lo que no es tan fácil es saber por qué pasa. Y una de las razones es cuando las ganas de verse, poder verse y hablar, se acaba convirtiendo en «tener que verse», la obligación de determinado día o determinada hora a la que «hay que verse». Y es ahí donde surge el problema: La obligación. Uno de los mantras que repetimos a menudo: El deseo huye de todo lo que huele a obligación. Y así, lo que hacía tanta ilusión, se convierte en algo que poco a poco va provocando más y más distanciamiento, sin saber cómo salir de ese bucle.

Por si fuera poco, las cosas se complican en las relaciones no monógamas a distancia, cuando se tienen varias parejas pero unas en el mismo lugar donde vivimos y otras viviendo lejos. Algo complicado de manejar. Algunas de esas cosas las trata More Than Two. Puede ser muy útil tanto para las relaciones que estén a distancia durante el verano como para las que surjan ahora y se quieran mantener pasado el verano… Esta es la traducción provisional (resto de información, al final del post).

Fuente: Flickr Creative Commons https://www.flickr.com/photos/meeshl/8170491329/

«Cuando conozcas a personas poliamorosas, verás que hay un número desproporcionado de relaciones de larga distancia (RLD). (…)

La monogamia sostiene una ideas que se adaptan mal a la distancia, y es difícil mantener la exclusividad sexual durante largos períodos de tiempo cuando tu pareja está lejos. Pero como el poliamor no incluye necesariamente la expectativa de la convivencia, y como no restringe el sexo e intimidad a una persona, las relaciones poliamorosas a larga distancia son más factibles. Otra razón por la que ves tantas es porque mucha gente poliamorosa se conoce por internet, y como son un porcentaje relativamente pequeño de la población, encontrar personas poliamorosas localmente puede verse limitado. (…)

Las relaciones a larga distancia existen en un espacio limitado. El tiempo con una pareja a larga distancia es escaso, lo que lo convierte en valioso cada vez que surge la oportunidad. Pero existen muchas maneras de nutrir una RLD cuando sus miembros están lejos; en nuestro caso, por ejemplo, pasamos mucho tiempo en Skype y estamos enviando constantemente mensajes de texto.

El tiempo que los miembros de la relación a larga distancia se reúnen físicamente, sorprendentemente, puede provocar tensiones. Cuando tienes parejas tanto locales como a larga distancia (…), puede ser fácil terminar enredándose tanto en la relación normal, cotidiana con la pareja local, que te olvides de reservar un espacio para la relación a distancia. A veces de manera literal. Con quien tenemos una relación a larga distancia puede ser una especie de persona “invisible”. Alguien cuyas necesidades no son necesariamente obvias. Por ejemplo, ¿reservas un espacio en tu casa para cuando tu pareja a distancia viene de visita? Si tienes un horario regular con tus parejas locales –cada viernes es la noche para tener una cita, por ejemplo– tienes la flexibilidad suficiente para que una visita de una relación a distancia interrumpa esa rutina?

Las parejas locales se pueden resentir si las visitas cambian sus citas periódicas. Cuando tu relación a larga distancia está en la ciudad, como es natural, quieres maximizar el tiempo que pasas con ella. (…) Puede que salgáis a cenar más a menudo, vayáis de viaje, paséis más tiempo haciendo turismo y hagáis otras cosas “divertidas” que se llevan la mayoría de ese tiempo limitado. Tu pareja local puede terminar diciendo: “¡Eh!¿Cuándo voy a poder divertirme yo así?” Si tu relación a larga distancia te visita durante una semana y quieres pasar cada noche con ella, tu pareja local podría decir “¡Eso no es justo!¿Cuándo voy a poder pasar la noche contigo?” (La respuesta, por supuesto, podría ser “Durante las restantes cincuenta y un semanas del año”). Las relaciones a larga distancia se concentran en las partes divertidas y llamativas de una relación, pero al precio de no tener todas las pequeñas cosas que construyen intimidad cada día.

Las RLD también pueden ocasionar problemas en las relaciones entre metamores, porque las visitas pueden no dejar mucho tiempo para construir su propia relación de amistad. Las personas con quien se tiene una relación a larga distancia puede que deban sacrificar parte del tiempo de la diada para permitir que permitir que sus metamores se conozcan mutuamente. Y sus metamores, por su parte, necesitan ser capaces de admitir la escasez de tiempo que sufren los miembros en relación a larga distancia, y darse cuenta de que, probablemente, no es algo personal si no tienen tanto tiempo como les hubiera gustado para conocer al miembro de la relación a larga distancia. Debido a que la distancia convierte al tiempo en un bien tan valioso, es crucial la flexibilidad de todos los miembros de la relación.»

Ilustración de Paul Mendoza ©2014, portada del libro More Than Two.

Traducción provisional de «More Than Two», que publicará traducido la querida editorial Contintametienes para todos los países de habla hispana.
© 2018 Contintametienes / Eve Rickert y Franklin Veaux / Miguel Vagalume
Las negritas no están en el texto original.

More Than Two es, junto con Ética Promiscua y Opening Up, una de las tres guías prácticas más utilizadas para el poliamor y no monogamias. Gran parte de su contenido se puede consultar (en inglés) en la web Morethantwo.com, en el apartado How-To y se irán publicando aquí extractos de la nueva traducción.

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