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Los 40 privilegios heterosexuales

27 abril, 2016 a las 17:37/ por

Traducción de la lista de privilegios publicada en la web del MIT (PDF)

«Esta lista está basada en la lista de Peggy McIntosh sobre el privilegio blanco. Estos son algunos ejemplos de los privilegios que tienen las personas heterosexuales. Las lesbianas, gays, bisexuales y queers tienen experiencias muy variadas, pero no pueden contar con muchas de estas cosas en sus vidas.

En su vida diaria, como persona heterosexual…

1. Puedo tener la seguridad de que las personas con quienes comparto dormitorio, clase, etc están a gusto con mi orientación sexual.

2. Si cojo una revista, veo un programa de televisión o pongo música, tengo la certeza de que mi orientación sexual estará representada.

3. Cuando hablo de mi heterosexualidad (en un chiste o hablando de mis relaciones), no se me acusará de estar exhibiendo mi orientación sexual ante otras personas.

4. No tengo miedo de que, si mi familia o amistades averiguen mi orientación sexual, pueda sufrir consecuencias económicas, emocionales, físicas o psicológicas.

5. No crecí con juegos que atacaran mi orientación sexual [el equivalente sería «maricón el último» o «maricón el que no bote»]

6. No me acusan de haber sufrido abusos, que voy por el mal camino o que mentalmente no tengo clara mi orientación sexual.

7. Puedo volver a casa de cualquier reunión sin sentir que me hayan excluido, intimidado, atacado, aislado, ignorado, mantenido a distancia, estereotipado o temido por mi orientación sexual.

8. Nunca me preguntan para que hable en nombre de toda la gente heterosexual.

9. Casi con toda seguridad mis clases requerirán materiales que demuestren la existencia de gente con mi orientación sexual.

10. La gente no me pregunta por qué elegí mi orientación sexual.

11. La gente no me pregunta por qué he decidido contar públicamente cual es mi orientación sexual.

12. No tengo que tener miedo de descubrir mi orientación sexual a mis amistades o familiares. Se asume.

13. Mi orientación sexual nunca ha sido asociada con ningún armario.

14. La gente de mi mismo género no intenta convencerme de que cambie mi orientación sexual.

15. No tengo que defender mi heterosexualidad.

16. Puedo encontrar fácilmente una comunidad religiosa que no me excluya por ser heterosexual.

17. Puedo contar con encontrar terapeutas o profesionales de la salud con la disposición y capacidad para hablar de mi sexualidad.

18. Podré encontrar información sobre educación sexual para parejas con mi orientación sexual.

19. No deberé preocuparme de que la gente me moleste por mi orientación sexual.

20. No tendré que cumplir los requisitos de la heterosexualidad.

21. Mi masculinidad o feminidad no es cuestionada debido a mi orientación sexual.

22. No se me identifica con mi orientación sexual.

23. Puedo tener la seguridad de que si necesito ayuda legal o médica, mi orientación sexual no irá en mi contra.

24. Si mi día, semana o año va mal, no tengo que preguntarme si cada situación negativa ha tenido algo que ver con la orientación sexual.

25. Cuando vea una película mi orientación sexual estará representada.

26. Encontraré personas de mi misma orientación sexual en el MIT, en la facultad y en administración

27. Puedo estar en público con mi pareja y la gente no se quedará mirando.

28. Puedo elegir no pensar de manera política sobre mi orientación sexual.

29. No tengo que preocuparme sobre qué pensarán sobre orientación sexual quienes compartan conmigo mi habitación. Se asume que soy heterosexual.

30. Puedo ignorar la cultura LGTB sin sentir que mi cultura me critica por hacerlo.

31. Puedo pasar meses sin que me llamen heterosexual.

32. No se me considera parte de un colectivo por mi orientación sexual.

33. Mi conducta individual no refleja la de las gente que se identifica como heterosexual.

34. En mis conversaciones cotidianas, el lenguaje que usamos mis amistades y yo se asume generalmente mi orientación sexual. Por ejemplo, «sexo» siempre se refiere a sexo heterosexual o «familia» siempre se refiere a relaciones heterosexuales con criaturas.

35. La gente no asume que tengo experiencia en el sexo o que simplemente lo tengo por mi orientación sexual.

36. Puedo besar a alguien del género opuesto sin que se me queden mirando.

37. Nadie me llama heterosexual de manera malintencionada.

38. La gente puede usar términos que describen mi orientación sexual y que signifiquen cosas positivas, en lugar de negativas (como «eso es una mariconada»).

39. No me dicen que explique por qué soy heterosexual.

40. Puedo hablar abiertamente de mi orientación sexual sin que mi trabajo corra peligro.

 

 

Para quien no entienda la cuestión del privilegio, @nurnoteson hizo el mejor resumen ever:

«Una mujer negra se considera mujer negra, una mujer blanca se considera mujer, un hombre blanco se considera persona»

Por si no se ha entendido, esto no es una lista para acusarse mutuamente. Como se dijo brillantemente en el congreso de Coimbra, no vale de nada acusarnos mutuamente de privilegios, porque una gente estará en la academia, otra tendrá el privilegio de tener más dinero, otra tendrá más tiempo libre, o una cabeza capaz de soportar la presión del activismo, o su raza, o que su familia de origen está más cerca, o que tiene más apoyo social o más espacio en los medios de comunicación, o más relevancia, o por su físico o su edad, o mil cosas más. Es algo que resolver colectivamente.

 

Como dice Macintosh en la entrevista «Los orígenes del privilegio»

«La clave es dejar que la gente cuente su propia experiencia. Así dejarán de enfrentarse. Uno de mis colegas en SEED decía «si no dejas a tus estudiantes hablar sobre lo que saben —algo que los colegios no hacen generalmente— seguirán haciendo lo que la sociedad dominante quiere que hagan, que es que se destrocen mutuamente». A quienes están luchando entre sí no se les permite que sus propias vidas se conviertan en la fuente de su propio crecimiento y desarrollo. Adrienne Rich escribió, al comienzo de Women’s Studies «Nadie nos dijo que tenemos que estudiar nuestras propias vidas, hacer un estudio de nuestras vidas».

Parece que, para usted, hablar de privilegio no tiene que significar que lleve a enfrentamientos; debe ser una especie de terapia.

Yo no lo llamaría terapia, porque la psicología no es muy buena incorporando el punto de vista sociológico. Pero tiene que ver con trabajar sobre tu propia biografía para entender que estás dentro de un sistema, y que los sistemas están en ti. Tiene que ver con mirar a tu alrededor como hace la sociología y ver los patrones que sigue la sociedad, al mismo tiempo que manteniendo un equilibro y respetando tu experiencia. Ver la opresión del resto es, por supuesto, importante. Pero también lo es ver cómo el sistema nos oprime»-

 

2 Comentarios a “Los 40 privilegios heterosexuales”

  1. Pulpo dice:

    Esos no son privilegios, son derechos. Salvo que consideren que el mundo seria un lugar mas justo si todos comieramos caca.

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