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Necesidad de iguales, necesidad de red

3 diciembre, 2021 a las 12:33/ por

 

 

sin redes

Al menos en dos ciudades, Madrid y Ourense, se están asfixiando y eliminando las asociaciones y proyectos vecinales. Sospecho que son muchísimas más. Lo comenté en su momento en «Madrid vaciado», hablando del tsunami que estaba destruyendo tantos proyectos aprovechando la pandemia. Se van cerrando proyectos, o complicando su existencia, con excusas administrativas: fin de la licencia, cambios legislativos… Medidas que es muy aburrido repasar una a una, que no parecen conectadas entre sí, pero que dan como resultado ir destruyendo todo la red vecinal.

Precarizando los empleos (de contrato temporal a ser rider), precarizando los servicios públicos, recortando presupuesto de sanidad pública, educación pública de formas muy complejas para que sea complicado de explicar y de entender… sólo lo notas tú en que tardan semanas en darte cita para el pediatra, en que no te cogen el teléfono en el centro de salud, en que el colegio cada día va peor, que las bibliotecas y gimnasios públicos están en obras (y cerrados) o sin renovar desde hace décadas. Caminando poco a poco hacia una vuelta al siglo XIX, sin servicios públicos garantizados sino caridad y ayudas que, si tienes suerte, puedes conseguir.

El fin de semana que me fui a Ourense pude ver que también allí está pasando exactamente lo mismo. En enero de 2022 el ayuntamiento corta la financiación de las asociaciones vecinales. Esto publicaban en La Región. Hago captura porque no se podía copipegar. La fuente es esta (pero creo que hace falta registrarse).

ourense

 

españa vaciada a la fuerza

Esas cosas que suceden a la vez y entre las que cuesta ver la relación: como el tan anunciado AVE a Ourense, una conexión a dos horas de Madrid ¿Se vaciará Ourense también? Al mismo tiempo que se vaya vaciando, ya están las energéticas expropiando el espacio rural, como denuncia La Vasallo en su instagram. Antes la expulsión fue con pantanos, y ahora parece que es con molinos… Los de siempre haciendo lo de siempre, entendiendo españa como su cortijo.

Una carrera para ir cambiando el negocio CENTRALIZADO de las energéticas con el gas, el carbón, nuclear, hidráulica… y que ahora quiere centralizar con las energías renovables. Tendríamos la opción de que la energía fuera renovable en un modelo distribuido, pero es un negocio al que no se quiere renunciar. Y por eso se está dando ese proceso de «colonización» de las zonas rurales, como denunciaba la manifestación del pasado octubre. Todo dentro de un plan a largo plazo en toda la Unión Europea.

 

eolica

 

 

reuniones urbanas, redes rurales

¿Cómo vamos a ir reconstruyendo las redes que son IMPRESCINDIBLES en nuestra vida?

Necesitamos iguales y necesitamos redes. Las zonas urbanas, a las que le tengo tanto que agradecer, nos dan la opción de encontrarnos gente que venimos de sitios más pequeños. Y, teniendo que dejar la familia atrás (a veces con su apoyo, a veces huyendo de ellas) nos podemos encontrar mucha gente que necesitamos «masa crítica» para encontrar iguales. Necesitamos vivir en ciudades grandes porque, si nuestra identidad, o nuestras prácticas o nuestro tipo de relaciones lo tienen un 1% de la población… (y no toda la población asiste a las convocatorias) eso quiere decir que en una ciudad de un millón de habitantes hay 10.000 personas, de las cuales tendrán nuestra edad, intereses, mismos ideales… ¿1000? Por eso, cuanto más minoritario sean nuestras identidades, prácticas o relaciones, más grande tiene que ser el lugar donde vivimos para encontrar iguales, algo que tiene un efecto positivo demostrado.

Y una vez creadas esas redes, una vez encontrados esos colectivos que necesitamos, o simplemente, gente que se nos parece, es cuando podemos volver a nuestras redes locales, donde nacimos, donde crecimos, y ayudar a quienes las están construyendo desde allí.

 

el odio en las redes y el odio en las calles

Un estudio recientemente decía que las redes no nos hacen acosar más. Desgraciadamente, lo «único» que pasa es que el acoso real se hace más visible. Si eres gilipollas en las redes sociales, probablemente lo seas en persona.

Mi admiración más inmensa para quienes intentan encontrar su hueco con identidades, sexualidades y relaciones no convencionales en Ourense, en Allariz, en Cáceres, en Teruel, en Soria, en pequeños pueblos donde es complicadísimo salirse de la norma, pueblos y ciudades pequeñas (incluso Zaragoza es pequeña para vivir fuera de la norma) porque es muy arriesgado el estigma asociado a salir del armario del BDSM, o trans, o crossdresser, o no binario, o no monógamo siendo mujer o LGTBI… en un lugar donde los tres círculos que más necesitamos se solapan y están DEMASIADO cerca: el círculo de las amistades, de la familia y del trabajo.

Por eso son tan necesarias las redes, para construir a nuestro alrededor redes de apoyo cuando nuestras familias de origen no acogen, no permiten, o incluso persiguen, lo que somos o lo que queremos hacer.

Estamos en una época agotadora, con una catástrofe similar a un tsunami, a una Filomena, a un terremoto… pero que va camino de los dos años. El problema de las catástrofes es que nos afectan a TODO el mundo A LA VEZ. Con lo que, ya nos gustaría cuidar más de quienes tenemos más cerca… pero también tenemos «incendios» en nuestras propias vidas, relaciones, trabajos, crianzas, enfermedades, familias… Y las fuerzas no nos dan para soportar ese estrés continuado en tantos frentes.

Por eso, en una época tan complicada, gracias a quiénes no han dejado de luchar por los derechos que necesitamos todo el mundo en una época en la que parece un lujo demandar que no nos discriminen. Gracias por luchar en tantos frentes, de mantener redes amplias, de mantener espacios de encuentro de iguales en las ciudades, de mantener redes de lucha y resistencia colectiva en lo rural, cuando mucha gente hemos tenido que ocuparnos de nuestra red más cercana.

En una época que a veces parece estar retrocediendo al siglo XIX, la idea que siempre me da esperanza es que quienes tenemos identidades, orientaciones, sexualidades, prácticas, relaciones no convencionales somos MÁS que las convencionales. La familia nuclear en EEUU actualmente solo representa al 13% de la población. Y aunque es lo blanco, lo heterosexual, lo monógamo, lo reproductivo, lo cis, lo capacitista, lo neurotípico lo que marca la agenda, lo que  tiene las herramientas para definir al resto como «alternativas», «no convencionales», «antinatura», etc, somos millones de personas en el mundo que no encajamos en esos modelos y de quienes siempre saldrán más y más colectivos empeñados en que tengamos, simple y llanamente, los mismos derechos que cualquier otra persona.

 

redmundial

 

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