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Para cambiar el mundo empieza por tu cama

22 febrero, 2013 a las 11:00/ por

El miércoles por la noche, en un arrebato de felicidad, me puse a tuitear cosas sobre mi vida. Una de ellas fue cómo acabé metido en esto del sexo como activismo, del sexo como algo más que placer, como labor social/política/llámalo-x tuvo la culpa «La revolución sexual» de Wilhelm Reich. Me lo lei a una tierna edad, ya fuera del cascarón familiar y… así he terminado. Si os interesa el libro, es fácil de encontrar en PDF por internet, porque creo que está descatalogado.

Lo principal que aprendí del libro es que no puedes pretender cambiar en algo el mundo hacia una sociedad más libre* si en tu casa, en tu cama, sigues viviendo con unos esquemas anticuados. Con unos ideales o mitos heteropatriarcales, o al menos unas inercias, que no has cuestionado nunca. Dicho así igual suena muy teórico, pero si lo aterrizamos a algo más cotidiano, serían las quejas que he oído de chicas sindicalistas que, si hablaban de su vida sexual en el sindicato, eran vistas con malos ojos por sus compañeros. O directamente con comentarios/comportamientos/puntos de vista machistas. Porque el machismo es transversal, ya lo ha dicho todo el mundo hasta la saciedad: No entiende de grupos politicos, de a quién votas… Te acabas encontrando (sobre todo en el pasado) que en todas partes se siguen manteniendose inercias patriarcales2 muchas veces sin darse cuenta de que lo son. Y no se dan cuenta precisamente por esa razón, por no habérselo planteado. Por lo que decía ayer: Porque la sociedad a su alrededor le ofrece todo a su favor para que continue en esa dirección.

Y no es algo de gente mayor. Nadie se libra. Volvió a pasar en el 15M. Tanto por esas denuncias como por no incluir ese feminismo en todo, como algo transversal. Se volvió al debate de «primero busquemos algo mejor que el capitalismo, después ya nos pondremos con los problemas del feminismo». Tan razonable como decir que lo del racismo, sí, es importante, pero…bueno, ya lo veremos más adelante. Y mientras aguantas identificaciones policiales arbitrarias, detenciones por su raza, malos tratos en el aeropuerto de Madrid sólo porque no pareces de raza aria blanca. ¿Se entendería que en cualquier negociación, reivindicación social, se dejara de lado el racismo si se está discriminando por razón de su raza, porque «no jodas, que eso no es lo importante ahora»?.

Y si lo que decía ayer, la monogamia, la heterosexualidad obligatoria, el amor romántico, las inercias machistas no te las cuestionas… malamente vas a poder proponer algo distinto que sea auténtico, que tenga una base real. Será como la ropa cara que te pones al salir a la calle…para volver a estar con las zapatillas a cuadros cuando vuelves a casa. 

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1 No me refiero a la libertad absoluta neoliberal-anarquista de derechas-«tea party», que incluye ahí la libertad económica. La libertad económica total lleva que al final quien gobierna es el mercado, que es, precisamente, en el pozo en que hemos caído y que se resume en la palabra «crisis». (Creo que esto llevará a la fuente, Susan George, «El pensamiento secuestrado», en la página que habla del tema. No se puede copiar y pegar el texto).

2 Patriarcado: «Organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje»

La imagen, de aqui

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