Cada vez que hablamos de educación sexual ¿de qué estamos hablando?¿A qué le llamamos «sexual»?¿Nos estamos refiriendo a educación genital? Curioso que se quiera educar en tan altos valores , en que la sexualidad va más allá de los genitales… y lo primero en lo que se piense sea en genitales. Condones, infecciones que se transmiten follando y embarazos. Queremos que se aprenda sobre sexualidad, como algo más que genitales, pero no dejan de convertirse en el centro.

Así que, olvidemos los genitales…. y se piensa en educación también «afectiva». Como si eso fuera la solución. Se nombra el afecto para entender que no estamos hablando «sólo de lo sexual». Y así sumamos una segunda parte, sin haber resuelto la primera. Insisto ¿a qué estamos llamando «sólo sexual»?¿A la penetración?¿En serio?

¿Se le está llamando «sexual» a follar? Imaginemos que se ha aprendido algo desde Freud y que ya no se habla de «preliminares» y «acto sexual». Quiero pensar que al hablar de «lo sexual» se piensa en follar en sentido amplio, como «relaciones sexuales»… ¿Cuándo comienzan esas «relaciones sexuales»?¿Una vez que se han desnudado y están en la cama?¿Tocarse no es «sexo»?¿Acariciarse «antes» no es «sexo»?¿Besarse no es «sexo»?¿Si se hace con las manos o la boca no es sexo?¿O es que hace falta que sea sin ropa?¿Seducirse, conectar, no es parte del juego?

Quizá «sexoafectivo» quiere decir que van las dos cosas mezcladas. El sexo y lo afectivo. Insisto: Por mucho que le sumemos todas las palabras que queremos ¿a qué le estamos llamando «sexo»?

¿Y afectivo?¿Son toda una serie de valores que deben acompañar las relaciones sexuales?¿O independientemente de ellas? Porque si no es algo necesariamente relacionado con las relaciones sexuales ¿por qué se llama «sexoafectiva»? Quizá deberían ser valores importantes en cualquier relación, sea centrada en el sexo o no ¿Por qué es peor que se centre sólo en las sensaciones físicas, en lo placentero, en orgasmos y nada más? Como dice Alex Iantaffi, cuando tratamos las relaciones centradas en su faceta corporal, orgásmica, física como algo secundario, seguimos perpetuando esa idea de que son relaciones que no merecen el mismo trato, el mismo cuidado, la misma empatía.

La educación relacionada con todo lo que nos resulta sexualmente relevante siempre es complicada. Provoca reacciones en todo el mundo. Y por eso creo que es un lío cada vez que se habla de dar educación sexual  (o sexoafectiva). «Ah ¿que les vais a hablar de sexo?» y ahí comienzan conversaciones encontradas en que todo el mundo cree saber de qué está hablando… sin saber en concreto de qué se va a hablar cuando hablan de «sexo». (Sin desmerecer el trabajo de toda la cantidad de profesionales que muestran proyectos bien detallados, donde se aterrizan esos contenidos, precisamente)

Pero claro, haber llamado tantas veces «educación sexual para adultos» a lo que en realidad era enseñar técnicas, conductas y genitales lleva a situaciones como el acoso de ayer de una política a una investigadora de sexualidades como el BDSM y las no monogamias. Se creen que la educación consiste en «enseñar conductas sadomasoquistas» o normalizar que alguien que les golpee o humille, o que se lo hagan a alguien, en lugar de entender que es una educación para entender la inmensa diversidad de la sexualidad humana. NO la diversidad de CONDUCTAS: la diversidad de vivencias, de experiencias, de deseos que se van a encontrar en su propia vida. Y conocer esa diversidad de formas de ser mujer, de ser hombre, de ser quienes sean, de vivirse, de fantasear, de desear, les ayudará a entenderse mejor, a problematizar menos vivirse con cosas que «no les encajan». Eso tan común de «tengo manos de hombre», «tengo cadera de mujer»… como si fueramos Barbies y Kens, de creer que el vello «es de hombres», que desear de una determinada manera es «de hombres»…

Por eso, en lugar de eduación sexual o sexoafectiva, quizá nos ayudaría hablar de educación sexológica. Hablar de todos los conceptos relacionados con la sexualidad humana (que son muchísimos) y no de conductas «sexuales». Por supuesto, acabarían apareciendo los genitales y las conductas en la conversación, pero esas preguntas se pueden responder desde los conceptos que hay detrás de esas dudas y curiosidades, ampliando su perspectiva para entender y entenderse mejor, vivirse como son en realidad. Con una realidad tan compleja como la nuestra, como la de todo el mundo. Por eso soy tan fan de la educación (presencial) de incisex, donde afortunadamente acabé gracias a la insistencia de Juncal. Ese es su enfoque, y el que tenemos mucha, mucha gente que hemos salido recientemente de allí (Antes de 2001 se daba una visión más limitada, que no llegaba a explicar toda toda toda la sexualidad humana desde el mismo enfoque).

¿Irá la educación en ese sentido?¿Se pasará de hablar de «sexual» a «sexológica»?¿Desaparecerá la sexualidad en su totalidad de la educación, por ser algo que toca tantos conceptos que nos inquietan? El tiempo lo dirá. Desde luego, la humanidad no parece estar yendo en la mejor dirección. Pero también, a veces, cuando peor estaban las cosas, fue cuando hubo cambios históricos que nunca habíamos imaginado… Yo sigo teniendo presente que las personas racializadas tienen legalmente los mismos derechos desde los 60, las mujeres desde los 70, gays y lesbianas desde 2005 (en muchos países a partir de 2010!) y muchas de esas leyes aún pendientes de muchas mejoras… Es todo TAN reciente… La cosa es seguir avanzando, por mucho que surjan en la Historia estos momentos en que alguna gente sólo quiere ser un lastre para que dejen de cambiar. Pero la realidad es diversa, compleja, les guste o no. Y sólo hay dos opciones: O ampliar la propia perspectiva, aprendiendo sobre la diversidad QUE SIEMPRE HA EXISTIDO o empeñarse que la realidad encaje en una visión del mundo más sencilla…pero que deja a mucha gente fuera. Y la segunda opción ya ha dejado suficientes muestras en la Historia de que no es la opción más razonable.

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