¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir matrimonio?
28 junio, 2023 a las 13:09/ por moscacojoneraDesde hace un tiempo se usa permanentemente la frase «Puedes amar a quién quieras», «no importa a quién quieras» o «amor es amor», como lemas pretendidamente inclusivos para referirse a que podemos ser pareja de quién queramos. Una idea que esconde otras muchas cosas detrás.
AMAR EN PAREJA
La primera trampa es que se habla de amor para referirse, únicamente, a las relaciones de pareja. Como si no hubiera otros amores, como si no hubiera otras relaciones «de pareja», como si no hubiera otras formas de tener vínculos importantes. Poder amar a quién quieras significa que te puedes casar con quién quieras. Y que, si no quieres casarte, tengas una relación lo más parecida posible al matrimonio: convivencia, casa compartida, vacaciones en pareja, proyecto de crianza….
Si hay una constante en las vidas fuera de la norma heterosexual es haber tenido que encontrar formas de sobrevivir fuera del exilio familiar. Han sido décadas y décadas de tener que emigrar a ciudades grandes, de haber tenido que alejarse de sus familias de origen, de tener que crear redes para sobrevivir. Muchas personas, en muchas situaciones, nos hemos visto obligadas a tener que renunciar a la relación con la familia de origen para sobrevivir por muchas razones. Pero han sido las comunidades LGTBI las que han ido creando las redes de una forma más organizada, aunque no las únicas.
Ahí tenemos los ejemplos de las casas trans, que llegaron a la cultura popular a través de la serie Pose. Tenemos STARS, creada por una de nuestros referentes de Stonewall, Sylvia Rivera. (Para quien quiera saber más sobre la verdadera historia de Stonewall, aquí está todo reunido). Las luchas conjuntas desde 1897, con la primera organización mundial para la defensa de los derechos de personas LGTBI, el Comité Científico Humanitario, porque uno de los creadores, Magnus Hirschfeld, ya estaba en esos momentos estudiando(se), escribiendo, trabajando y creando la sexología que incluía todas esas realidades desde el día uno, como ha recordado al mundo mainstream Laverne Cox, la actriz de Orange is the new black, en televisión (MSNBC inglés, minuto 8:30).
LAS REDES QUE SOSTIENEN LA VIDA
La trampa de «superiorizar» las formas de relacionarse que se parecen al matrimonio es que invisibiliza toda una serie de relaciones que siempre han estado ahí y que, en el 99,99% del planeta no tienen un reconocimiento legal, ni se otorga derechos a esos vínculos de forma automática, aunque hayan sostenido muchas vidas desde hace siglos. Esos derechos se dan automáticamente a quién se casa, siempre que se demuestre que es «amor de verdad», como se hace al investigar si es un «matrimonio de conveniencia»: certificar oficialmente que es amor. Y sólo se han reconocido legalmente en unas pocas ciudades como Somerville o Cambrigde, después de muchas luchas de la comunidad local poliamorosa para que eso sucediera y se aprobara por unanimidad en el ayuntamiento de Somerville. Ahora puedes entrar en la web del ayuntamiento, cubrir este documento (PDF) y, si os consideráis familia, os podéis registrar como familia.
Fuera de ese ejemplo en EEUU, solo conozco el trabajo hecho desde la política laboral feminista de XXK que pone el foco en una herramienta: vinculograma, derivado del trabajo de REAS Euskadi. Ahí tenemos el siguiente foco: el reconocimiento legal de derechos sociales y laborales asociados a ese vinculograma, del mismo modo que YA SE PUEDE, desde 2021, demandar al ayuntamiento de Somerville si discriminan tu unidad familiar, sea cual sea su naturaleza, asemejando los derechos derivados de ese registro a los mismos que se pueden exigir por ser LGTBI en caso de discriminación.
«Vinculograma. REAS Euskadi se basó en la experiencia de la Cooperativa Agintzari para definir esta herramienta. Se trata, básicamente, de ampliar los derechos de cuidado a personas y animales escogidos por cada trabajadora sin la necesidad de que estas relaciones sean de consanguinidad. En el caso de REAS Euskadi, cada trabajadora firma un acuerdo en el que renuncia al sistema de personas y licencias laborales vinculado a relaciones de consanguinidad y afinidad reconocidos legalmente para regirse por este nuevo sistema alternativo en el que es la misma trabajadora quien indica quiénes son consideradas por ella como las 5 personas (o animales) que considera en primer grado de consanguinidad y quiénes son las otras 5 de segundo grado. Este vinculograma puede revisarse cada dos años».
(Fuente: Colectivo XXK. PDF)
DE LA LIBERACIÓN AL MATRIMONIO
Cuenta Gracia Trujillo, en el artículo «40 años después» (donde habla de las luchas del Orgullo y la genealogía de los movimientos queer de hoy y sus antecedentes radicales hace décadas) que esos movimientos nacieron como parte de una «demanda de la transformación social a gran escala y la defensa de la autonomía política, el ubicarse en los márgenes sin perseguir la negociación institucional sino la denuncia en la calle contra las agresiones y la lgtbifobia en sus diversas formas«.
En los años 70, los movimientos LGTBI, como han hecho todos los antecedentes en la Historia, desde 1897, es transformar la sociedad. En los años 70 un lema muy común era «liberación homosexual» o «liberación gay». De esa liberación, de ese deseo de cuestionar la sociedad que había llevado a esa situación, que había perseguido, torturado, asesinado y discriminado a esos colectivos, se ha ido pasando a reivindicar que podamos «casarnos con quién queramos». No hay manera más obvia de ver la transición de una idea colectiva a una individual. De cambiar la sociedad a «darme permiso» para casarme sin cambiar ninguna institución ni la perspectiva hegemónica desde la que se plantea. Una normalidad que da permiso a lo raro para que tenga los mismos derechos.
Vale muchísimo la pena leer el artículo completo de Gracia Trujillo donde recoge la genealogía de las luchas LGTBI en el Estado español. Así podemos sumar ese recordatorio a la memoria permanente que hacemos de las luchas de Stonewall, cada día más necesaria.
DE LOS DERECHOS A LOS DEBATES
En la situación actual, con el pensamiento más conservador y los movimientos antidemocráticos cada vez haciendo más ruido y luchando más por estar en el poder para legislar sobre las vidas ajenas, creo que es importante poner el foco no solo en las pérdidas de derechos (que ya se están dando en Italia, en EEUU, en Polonia, Hungría, Rusia…), sino en el proceso previo que cambia nuestras vidas para siempre.
Para explicarlo, uso un suceso reciente en el verano de 2023: La cantante Rocio Saiz es obligada a taparse el pecho y es detenida en medio de un concierto por el Orgullo en Murcia. Este es el documento de la policía municipal de Murcia explicando que lo sucedido fue contrario a la ley.
¿Asunto resuelto porque la policía ha pedido disculpas? En absoluto.
Hay dos problemas derivados de esa actuación: Uno personal y otro colectivo.
El problema personal (y que nos disciplina a todo el mundo) es que todo eso sucede a costa del aguante, resistencia, bienestar físico y emocional de la cantante que ya ha dicho muchas veces, no puede más. Es decir: mientras que una parte (la policía) tiene el soporte institucional, tramites que aseguran que el expediente no vaya más allá de lo legalmente establecido, el coste personal de la cantante (y de cualquier persona que tenga que luchar por sus derechos) es muy alto, como está contando ella en sus redes sociales. La lucha va a tener que seguir. Contra la voluntad de ella, que preferiría no tener que luchar por… derechos que ya tiene.
Ese es el problema colectivo (aparte del castigo público a quién defiende sus derechos): El truco es convertir en debates los derechos QUE YA TENEMOS. Es convertir en debate si se puede estar con el pecho descubierto o no en ese evento. El derecho a hacer topless ya lo tenemos, ya existe. Y son las instituciones públicas las que deben proteger esos derechos y perseguir DE OFICIO a quienes lo impiden, a quienes discriminan con sus actos (la conducta es delito, pensar no lo es). El truco es convertir en debate todos estos temas y que parezca que es una cuestión de opinión o de votarlo en una urbanización, como si los derechos humanos fueran algo debatible. El debate busca hacernos olvidar que ese derecho está convertido en ley ratificada por un gobierno elegido democráticamente.
Hay un tercer problema, más simbólico, que es el uso que hacen los movimientos antidemocráticos del cuerpo como campo de batalla para hacer visibles sus partidos, sus ideas, su intención de cuestionar derechos humanos y ganar votantes, followers y cuotas de poder en instituciones públicas.
Como se ha hecho desde el siglo diecinueve con el Comité Científico Humanitario, la única manera de luchar por nuestros derechos es UNIRNOS y darnos cariño mutuamente frente a la apisonadora que siempre hemos tenido y tendremos enfrente.
*La fuente de la imagen de cabecera, amor es amor, es la web de ONUmujeres