Por qué sí me parecen útiles las etiquetas
26 agosto, 2010 a las 14:15/ por moscacojonera
Creía que tenía algún post sobre el tema, pero veo que no…
Es un tema que sale sieeeeempre en las charlas, reuniones, vamos, en cuanto nos reunimos más de 4 personas a hablar. Y la queja que se suele oír es siempre la misma «¿Por qué hay que etiquetarlo todo?».
Primero, afortunadamente no se etiqueta TODO. El rozar el glande con la punta de los dedos no tiene etiqueta, el ser BDSM con gusto por los gintonics no tiene etiqueta, es obvio que hay millones de cosas que no tienen… Hay muchas cosas relacionadas con el sexo que no la tienen.
Segundo, que todo (y en este caso creo que sí es «todo») lo definimos con etiquetas: el hotel es un cinco estrellas, el restaurante es de comida casera, los amigos son casados, simpáticos, trabajan por cuenta ajena, el coche es de segunda mano, la hipoteca es con cuota variable…. etc etc etc. Y en el sexo también se usan.
Tercero, que a mí me resulta más rápido decir que soy bisexual, en lugar de tener que contarle a cada persona que conozco toda mi biografía sexual para que saque sus propias conclusiones. (Aunque algunas prefieran que les cuenten la biografía para calentarse mientras :-) )
Cuarto, en temas de sexo la primera vía de entrada hoy es internet. Y google en concreto. Y es más fácil que se encuentren cosas definidas por una sola palabra que sólo se refiere a una cosa (o sea, una etiqueta) y no por algo mucho menos concreto.
Y quinto, tampoco son sagradas las etiquetas, que se pueden tomar con humor, como lo que comentaba de las chicas unicornio. Me supongo que los swinger/poly american@s usarán cualquier palabra, pero que cuando alguien se la inventa no es por «denominar una realidad» sino porque les hace gracia…. además de para acabar antes en lugar de decir «la típica y tan deseada chica sola bisex que le gusta enrollarse con parejas».
Por ahora me he encontrado esa queja de las etiquetas sobre todo en dos gremios: el swinger y el BDSM. Igual es por saturación, porque el BDSM anda que no trae etiquetas ya «de serie»…
La conclusión a la que hemos llegado en reuniones y charlas es que nos parecían muy útiles como «punto de partida» («soy swinger») para que a partir de ahí se hagan cosas, se vaya aprendiendo, haciendo lo que apetezca.
Y no como «límite» o «punto de llegada», como una categoría a la que se llega después de haber superado unas pruebas. O demostrando tu pureza para poder ser llamad@ así. O algo que te limite a la hora de hacer lo que te apetezca.
En el BDSM, ocurre que hay roles muy definidos (Dom/sub). Si a esto se añade que se «busca» el playpartner complementario, el resultado es tan simple como que a todos nos parece obvio definirse como Dom o sub cuando se conoce a otra persona susceptible de que llegue a ser tu playpartner. La eleccion del rol Dominante o sumiso como punto de partida ya es una etiqueta importante.
Si queremos complicarlo aun mas, tan solo tenemos que pensar que el BDSM es un conjunto muy muy amplio de practicas, que difieren mucho unas de otras y aqui si que resulta necesario hilar muy fino, porque por ejemplo una spankee no tiene porque ser tambien masoquista. Son esas etiquetas aparentemente absurdas las que nos situan a la hora de conocer al posible playpartner.
El «proceso de etiquetado» podriamos de esta manera dotarlo de cierta similitud con una «playlist» metal que nos hacemos al conocer a alguien o al definirnos a nosotros mismos.
ls
Eso es, ls, eso es.
Que resultan muy muy útiles.