¿Qué es un acto sexual normal?
21 diciembre, 2016 a las 16:19/ por moscacojoneraComo dijo mi profesor Marcos Sanz*, el «acto sexual normal» es descrito por primera vez, por escrito, con pelos y señales, por Freud en 1905, en «Tres ensayos de teoría sexual». Hasta ahí se hablaba del tema, pero no se escribía sobre él. Al fin y al cabo ¿para qué escribir sobre lo que es normal?… Como hizo Marcos entonces, destaco algunas cosas en negrita especialmente curiosas, como la marciana manera de describir un beso, «uno de estos contactos, el de ambas mucosas labiales (…) a pesar de que las partes del cuerpo que en él entran en juego no pertenecen al aparato genital, sino que forman la entrada del digestivo» o que se considere perversión no usar el cuerpo para la unión sexual o no ir rápidamente hacia «el fin sexual definitivo». Aparte de la continua insistencia en lo normal.
«Como fin sexual normal se considera la conjunción de los genitales en el acto denominado coito, que conduce a la solución de la tensión sexual y a la extinción temporal del instinto sexual (satisfacción análoga a la saciedad en el hombre). Pero aun el acto sexual más normal integra visiblemente aquellos elementos cuyo desarrollo conduce a las aberraciones que hemos descrito como perversiones. En calidad de fines sexuales preliminares se admiten ciertas relaciones intermediarias (existentes en el camino que conduce al coito) con el objeto sexual, tales como la contemplación y tocamiento del mismo. Estos actos están, de una parte, ligados con una sensación de placer por sí mismos, y de otra, elevan la excitación, que debe durar hasta la realización del fin sexual definitivo. Uno de estos contactos, el de ambas mucosas labiales, ha obtenido después -constituyendo el beso- un alto valor sexual en muchos pueblos (entre ellos los más civilizados), a pesar de que las partes del cuerpo que en él entran en juego no pertenecen al aparato genital, sino que forman la entrada del digestivo. Existen, pues, factores que permiten ligar las perversiones a la vida sexual normal y son aprovechables para la clasificación de las mismas. Las perversiones son alternativamente: a) transgresiones anatómicas de los dominios corporales destinados a la unión sexual; o b) detenciones en aquellas relaciones intermedias con el objeto sexual que normalmente deben ser rápidamente recorridas en el camino hacia el fin sexual definitivo».
A menudo suelo comentar mi hipótesis de que precisamente el hecho de que se escribiera antes sobre conductas sexuales para hablar de las patológicas (Psychopatia Sexualis), y que partiese de la psiquiatría (Krafft-Ebing, Freud… en lugar de Havelock Ellis recogiendo muchísimos casos de «normalidad» tan diversa como lo era él) ha hecho que siempre se haya querido averiguar «qué hay detrás» de nuestras conductas sexuales, qué trauma se esconde detrás de nuestro placer por pegar o que nos peguen, por asustar, por mearse encima mutuamente, por lamer lo que no se suele lamer, por hacer cosas que no se consideran «normales». ¿Hay algo más analizable desde esa visión del trauma que el hecho de chupar un pezón? Pero como se considera dentro de la normalidad, nadie pregunta «qué hay detrás» de algo tan materno-filial… Resulta cansino (como poco) y para mí, totalmente fuera de lugar, escuchar esa pregunta cuando se habla del fetichismo del látex, el BDSM o la conducta no normativa que sea.
* especialista en sociología de la sexualidad y profesor de InCiSex