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¿qué haces si tu pareja escribe en internet? (blog, twitter, facebook,…)

10 mayo, 2010 a las 6:00/ por

«(…) si no lo oimos directamente del otro, asumimos que cualquier cosa que leemos en internet no son más que bromas.

¿Suena eso como falta de intimidad? Creo que es precisamente lo contrario. Nos hemos vuelto un mundo de exhibicionistas, y cuando escribes sobre tu vida, no importa lo relajadamente que lo hagas, o lo pequeña que sea tu audiencia, es prácticamente imposible no darle vueltas, aunque sea un poco, a lo que se ha escrito. Y si aparece la oportunidad de soltar una buena frase en una conversación ¿quién se resiste?.

Pero seáis monogam@s o polyamor, es todo un nuevo terreno para la inseguridad. Las revistas «femeninas» [comillas mías] están llenas de artículos sobre cómo «controlar a tu hombre» para ver si «está siendo infiel en internet». (Si puede ser realmente infiel por internet, obviamente tiene un puerto o un disco duro que no veré por ninguna parte en mi ordenador). No soy capaz de entender esa manera de pensar. Pero si disfrutas sufriendo, adelante y ciber-acosa a tu pareja. Obsesiónate con cualquier comentario en que flirtee y cada emoticono que guiñe [;-)], y reacciona como si todo estuviese esculpido en piedra en lugar de ser algo tecleado mientras se va en el autobús. Insiste en el error de que puedes conseguir amor y evitar el dolor teniendo a tu pareja con una correa al cuello y con bozal como un perro malo. Porque eso siempre ha funcionado a todo el mundo que lo ha intentado, ¿verdad?

Dejadme que proponga una alternativa a ese sistema que creo que funciona mejor: la confianza. No te tomes en serio lo que dice tu pareja en internet. Incluso no leas sus escritos públicos si te incomoda y no eres capaz de dejarlo pasar. En lugar de eso elige fiarte de lo que te dice en persona y de cómo te trata cuando estáis junt@s. Si vuestra vida tridimensional funciona bien, no lo anules con algo que no es más que un montón de unos y ceros. Porque a veces, la cosas que la gente dice cuando está desnuda son las únicas palabras que realmente cuentan.»

Y esto lo dice Mistress Matisse, la señora de Twisted Monk. Sí, el del bondage.

Traducción y adaptación: La Mosca Cojonera

1 Comentario a “¿qué haces si tu pareja escribe en internet? (blog, twitter, facebook,…)”

  1. j dice:

    Lo pesqué hace unos días por ahí y supongo que es el diagnóstico que nos hacen los psicoanalistas argentinos ah ah ah:

    BLOGUITIS

    Así como algunos niños padecen la enfermedad del «amigo invisible» de la cual se derivan serios problemas de sociabilidad especialmente en la adolescencia, en nuestros días son numerosos los adultos que padecen lo que la Doctora Norma Cohen de Poniatowsky denomina lisa y llanamente «bloguitis». Interrogada al respecto, dice la Dra. Cohen, «todos los días acuden a mi consulta nuevos pacientes aquejados del mal de ausencia que les provoca el cierre de un foro, la repentina desaparición del moderador de un blog, o, simplemente, la pérdida de perfiles en las redes sociales que acostumbran frecuentar. Si en mis manos estuviera, prohibiría la existencia de estas nuevas drogas inmateriales, porque es verdaderamente lamentable contemplar a tantas personas hechas y derechas comportarse como pequeños ciber-adictos al borde de un ataque de nervios» Según el testimonio de la doctora, se dan casos de personas que han sustituido por completo sus relaciones familiares por el mundo que comparten con sus «amigos» cibernautas. «Me llamó poderosamente la atención el caso de un sexagenario que pasaba más de doce horas al día navegando por la internet. Este paciente había dejado de comunicarse por completo con su esposa y estaba persuadido de que su adicción a la red era en realidad una investigación filosófica de gran relevancia para sí mismo y para los cibernautas a los cuales abastecía con ingentes cantidades de lo que en mi profesión consideramos «trash-data», esto es, información aparentemente cultural que no pasa de trivia intelectual de tercer o cuarto orden. Convencer a un adulto de que está perdiendo el tiempo con sus amigos invisibles, resulta incluso más difícil que explicarle a un niño de ocho años que el amiguito que visita su dormitorio todas las noches no es más que fruto de su imaginación. Debo admitir que, una vez descubierta la falacia de las teorías freudianas, a los psicoanalistas nos está viniendo muy bien esta nueva enfermedad, pero siendo honesta, es mi deber aclarar que, si bien los pacientes aquejados de males edípicos provocaban mi más absoluta conmiseración por el inmaduro estado de su sistema afectivo, los adultos aquejados de «bloguitis» me parecen, simplemente, perfectos estúpidos». Así de tajante se muestra la Doctora Cohen de Poniatowsky. ¿Enfermedad? ¿Tontuna? La ciencia tendrá la última palabra. Mientras tanto, si su cónyuge pasa más horas frente al ordenador que en la cama con usted, considere la posibilidad de que convive con un enfermo o, empleando la terminología de la mencionada doctora «off the record», con un «perfecto tarado, pelotudo inmaduro y con toda probabilidad, impotente físico y emocional».

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