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Resulta que el acoso a locales liberales no es algo aislado…

13 mayo, 2008 a las 6:00/ por

Resulta que a otros les caen las hostias del cielo también y no saben a qué se debe …


Esto me ha llegado sobre los locales de copas en Malasaña:

«Queridos amigos/enemigos del Nasti, Barbarella y Astoria:

Os preguntaréis qué está pasando con la sala. Por qué, de repente, cerramos a las tres y media de la mañana y no a las cinco y media o seis como venía siendo lo habitual en los últimos catorce años, tanto en la sala Maravillas antes como ahora en el Nasti.

La cosa es bien fácil: dos policías en la puerta de nuestra casa (como bien dicen nuestros queridos Punsetes) nos impiden semana tras semana estar con «ustedes vosotros» toda la noche de juerga. ¿Por qué ahora? Nadie lo sabe.

¿Por qué de repente nos dicen «es que han cambiado las licencias»? Curioso. Ninguna sala tiene notificación de ese cambio.

¿Cómo es posible que no sepamos nosotros mismos qué clase de negocio regentamos? ¿Cómo es posible que los dueños del local no sepan qué clase de local alquilan? Y es más, ¿cómo es posible que esta sala haya estado funcionando catorce años como sala de conciertos y de repente a un par de policías iluminados se les ocurra que no debe ser así?

Bueno, pues es algo que a nosotros se nos escapa de las manos (y de los nervios). Nos consta que hay más salas, y muy conocidas también, en la misma situación. A lo loco.

Resumiendo: a alguien de repente se le ha encendido una lucecita en la cabeza y ha dicho: «Uy, pero si en Madrid aún quedan salas de conciertos. Vamos a cerrarlas todas, qué coño. Lo que realmente necesita esta ciudad son cuatrocientos Starbucks más. Y resulta que mi cuñado bla, bla, bla…». La historia de siempre.

¿Cuánto resistiremos este ataque? Nadie lo sabe, pero en esas estamos.

Desde aquí queremos dar las gracias a todos los amigos que, pese al cambio de horario, se han venido a apoyarnos todas las noches desde primera hora hasta el prematuro cierre».

Y nada, así va Madrid, como contaba el otro día: como un colegio de monjas. Cerrando locales en algunas partes pero especulando en otras zonas. Poniendo complicado el alcohol y los botellones nocturnos. Poniendo al Opus Dei a cuidar de los enfermos terminales

Lo que parece que nos dicen es «Ustedes en su casa y a salir sólo cuando haya circos culturales organizados por el Ayuntamiento, dinero dado a proyectos seleccionados a dedo —mientras los mismos dejan que miles de propuestas artísticas interesantes desaparezcan—… pero nada, ustedes no pregunten nada…»
Diviértanse, es una orden!

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