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Sex positive : A lo mejor significa lo contrario de lo que estás haciendo…

31 agosto, 2018 a las 20:20/ por

El otro día publicó Meg-John Barker un post muy interesante con la entrevista que le habían hecho sobre el enfoque sex-positive. El post original y completo de Meg-John Barker se puede consultar en su blog, Rewriting The Rules, donde se enlazan los otros medios donde se publicó. Es muy recomendable su post, porque enlaza a contenidos extra como podcasts, vídeos, fanzines, etc . Meg-John Barker produce tantísimo material que es imposible traducir cada cosa interesante que hace, que son muchísimas.

Sex-positive es un concepto al que le gusta apuntarse a todo el mundo ¿Cómo no? «Sex» suena muy bien, y «positive», también ¿Quién se va a oponer a algo positivo? Pero, cómo todo término importado ¿qué quiere decir en realidad?¿a qué se refiere?¿qué es un enfoque positivo respecto al sexo?

El problema está en que puede referirse a dos cosas diferentes, que pueden ser prácticamente opuestas… Tú sabrás en qué lado estás cuando usas el término.

 

rewriting-the-rules

 

La diferencia principal es que el término se usa en el ambiente mainstream, en la calle, para cualquier cosa relacionada con sexo… y también se usa por comunidades «alternativas», o marginalizadas, por entornos BDSM, queer… Al primer uso, el mayoritario, lo podríamos llamar «sex positive descafeinado» y al otro, «sex positive», propiamente dicho.

Tal como lo define Meg-John en la entrevista

«sex positive descafeinado se usa para cualquier espacio o evento donde sucede algo relacionado con sexo, como eventos donde se venden juguetes sexuales, fiestas mainstream de contenido sexual o eventos BDSM/fetish. Usan sex positive como opuesto a sex negative. Vivimos en una cultura que estigmatiza el sexo y esos espacios son diferentes en el sentido de tener una actitud positiva hacia el sexo. De todos modos, simplemente porque haya sexo no significa que se estén haciendo mejor las cosas que en cualquier otro sitio. A menudo en espacios sex positive descafeinados no se ha pensado lo suficiente sobre asuntos como el consentimiento y el poder, sobre a qué se le llama sexo y a qué se considera sexual. Esa es la razón por la que –en esos espacios– a menudo encuentras personas que  te presionan para que hagas determinadas actividades y donde muchas personas se sienten excluidas por las creencias sobre qué y quién tiene atractivo. En realidad ese tipo de espacios pueden ser particularmente malos porque el enfoque sex positive le puede dar a alguna gente la autorización explícita para acosar y no respetar el consentimiento, sugiriendo que todo el mundo en esos espacios «está a lo que está».

La otra forma de usar «sex positive» es más meditada. En esos espacios (a menudo queer, BDSM y/o feministas) se intenta hacer todo esto de una forma diferente a cómo se actua respecto al sexo en la cultura mayoritaria. Eso incluye tener unas reglas básicas y límites, enseñar lo básico del consentimiento a quienes asisten, asegurarse de que todo tipo de cuerpo es bienvenido, creando espacios dentro del evento que no estén centrados en el sexo, etc. Por supuesto, eso no significa que todo sea perfecto en esos espacios, y después del #MeToo, ha habido más consciencia del hecho de que asumir que todo el mundo se comportará de forma consensuada en esos espacios puede ser un barniz tras el cual algunas personas abusan de su poder.»

 

https://www.flickr.com/photos/prachatai/40680226145/

https://www.flickr.com/photos/prachatai/40680226145/

 

Habla Meg-John de cómo esos términos no son estables, sino que ha ido variando con el tiempo. Y que no siempre se usa de una manera O de la otra, sino que se mezclan y se confunden.

Del problema de la presión que se puede sentir en eventos sex-positive a que te tenga que apetecer tener sexo cuando no te apetece o hacer cosas que no te ponen. E incluso de libros sobre sexo que, en el fondo, parecen sugerirlo, al decir que es necesario tener un sexo «espectacular». Una cultura sex positive en que

«a veces se puede dar la sensación de que es mejor –o más sano– practicar más sexo que ser asexual. Es realmente importante para el consentimiento y tranquilidad de todo el mundo que creemos una cultura en la que sea tan aceptable no sentir atracción sexual como sentirla, tenerlo o no tenerlo, sea durante un tiempo o todo el tiempo.»

 

La cultura sex-positive también puede tener efectos negativos en colectivos «alternativos». Ese enfoque sex-positive puede

«provocar presión sobre la gente para que tenga sexo de otras maneras (…), presión para tener prácticas de sexo no convencional con muchas personas. Que (…) es genial si eso te excita y sólo lo haces cuando te apetece, pero los desequilibrios de poder y las expectativas en esas subculturas supone que la gente a menudo se siente presionada para hacer cosas que realmente no les apetecen, quizá porque es excitante sentirse deseable, porque buscan validación, porque creen que eso es lo que está haciendo todo el mundo o porque creen que es la única manera de mantener una relación, por ejemplo.»

 

¿Siendo sex positive, por qué es más fácil que sucedan cosas no consensuadas en esos espacios?

«El problema ha sido que los espacios sex-positive tienen el barniz del consentimiento: Se anima a quienes asisten a comportarse de forma consensuada. Paradójicamente, eso puede hacer más difícil (no más fácil) denunciar comportamientos no consensuados. Si quienes asisten asumen que t0d0 el mundo va a comportarse de forma consensuada, se convierte en un asunto realmente grave decirle a alguien que no se está comportando de forma consensuada, e incluso te puede costar no darte cuenta que no es consensuado porque no te lo esperas.

Y la gente también es lamentablemente consciente de lo escasos que son esos espacios y lo precarios que son debido a los riesgos de organizar un evento sex positive. Personas en situaciones de poder –como líderes con carisma que los organizan– no han sufrido ninguna consecuencia de conductas extremadamente no consensuadas porque a la gente le costaba ver algo no consensuado, o denunciarlo. Por eso necesitamos tener también conversaciones sobre #MeToo dentro de las comunidades sex-positive tanto como fuera de ellas.

 

Para resumir, Justin Hancock y Meg-John Barker consideran que

«ser sex-positive (o sex-critical, el término que prefieren usar) es asegurarse de que ningún tipo de sexo se presenta como mejor que ningún otro, que todo tipo de cuerpo es bienvenido, que no hay problema si no se quiere tener un comportamiento sexual en ese espacio, y que el consentimiento es explícito, teniendo en cuenta cómo el poder y las condiciones sociales pueden hacer más complicado manejar el consentimiento.»

 


 

Fotografía de MJ Barker hecha por Fox Fisher

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