Lo que quieren que hagamos es que nos destrocemos mutuamente (en twitter)
7 junio, 2017 a las 16:46/ por moscacojoneraAyer en twitter hubo el enésimo combate, que terminó por KO de una famosa activista, que ha cerrado su cuenta. No es el primer enfrentamiento. Al revés, parece que twitter se alimenta cada semana de un flame nuevo. La semana pasada fue el debate eterno de si el BDSM es abuso o no, si se elige libremente practicarlo, etc.; el debate ha vuelto a donde estaba en los 80 ¿Y hace dos semanas cual fue el tema incendiario? Vaya usted a saber.
Entre ayer y hoy parece que se ha repetido un ciclo que parece habitual: tras haber «eliminado» a la víctima, ha venido el sentimiento de culpa, el arrepentimiento, la introspección, la intención de no querer volver a hacerlo y el deseo de perdón. De todos modos, lo más probable es que la semana que viene el enfrentamiento se dé con otro tema diferente y parezca no tener ninguna relación… y se termine igual, como sucede desde hace años.
En medio de toda esa marabunta, y el tono que tiene twitter, intento aportar mi granito de arena, por si ayuda en algo. En realidad, dos granitos de arena: Por un lado la recomendación de Peggy Macintosh, la primera que empleó el concepto de privilegio. Por otra, la verdadera razón por la que se dan guerras en twitter.
¿Qué decía Peggy Macintosh?
Peggy Macintosh fue la creadora del concepto de privilegio en el sentido que se usa hoy: La situación personal desde la que se emite el propio discurso y de la que debemos para ser conscientes de qué experiencias NO hemos tenido, qué limitaciones NO tenemos, qué oportunidades tenemos y darnos cuenta que puede ser una visión muy subjetiva. Ella puso en marcha el concepto de privilegio para aplicarlo a la raza (ups, qué apropiado: White Privilege: Unpacking the invisible knapsack) pero hoy día se aplica para todo… a veces de una manera que Peggy no vería con buenos ojos. La idea del privilegio, según su idea, es usar ese concepto para analizar nuestro propio discurso (no el ajeno) y ser conscientes de la distorsión de nuestro punto de vista. Ella lo comenta en la entrevista que traduje hace tiempo, colocada al final de los privilegios heterosexuales. La entrevista se llama «Los orígenes del privilegio» (fuente original en inglés). Resalto en negrita lo que creo que puede ayudar a dar otra perspectiva a los comentarios en twitter.
“La clave es dejar que la gente cuente su propia experiencia. Así dejarán de enfrentarse. Uno de mis colegas en SEED decía «si no dejas a tus estudiantes hablar sobre lo que saben —algo que los colegios no hacen generalmente— seguirán haciendo lo que la sociedad dominante quiere que hagan, que es que se destrocen mutuamente». A quienes están luchando entre sí no se les permite que sus propias vidas se conviertan en la fuente de su propio crecimiento y desarrollo. Adrienne Rich escribió, al comienzo de Women’s Studies «Nadie nos dijo que tenemos que estudiar nuestras propias vidas, hacer un estudio de nuestras vidas».
Parece que, para usted, hablar de privilegio no tiene que significar que lleve a enfrentamientos; debe ser una especie de terapia.
Yo no lo llamaría terapia, porque la psicología no es muy buena incorporando el punto de vista sociológico. Pero tiene que ver con trabajar sobre tu propia biografía para entender que estás dentro de un sistema, y que los sistemas están en ti. Tiene que ver con mirar a tu alrededor como hace la sociología y ver los patrones que sigue la sociedad, al mismo tiempo que manteniendo un equilibro y respetando tu experiencia. Ver la opresión del resto es, por supuesto, importante. Pero también lo es ver cómo el sistema nos oprime”.
¿Cuál es la razón oculta que explica todos los flames en twitter y redes sociales?
Sobre este tema he escrito muchas veces, aunque quizá hace años y no se recuerda. Siempre lo hago basándome en un artículo de hace 11 años en Wired, «The Secret Cause of Flame Wars», y en el que cuentan, para resumirlo mucho, que hay un desajuste entre lo que creemos entender y lo que entendemos cuando nos dicen algo por internet. En el artículo hablan de emails y lo aplican a los foros, pero nos sigue valiendo para lo que interpretamos malinterpretamos en las redes sociales.
Nuestra sensación es que podemos saber, en un 90% de los casos, cuál es la intención de quién nos escribe, si lo escribe con tono amable, enfadado, irónico… La realidad es que nuestra capacidad de acertar es de un 50%. Es decir, es tan poco preciso como echar una moneda al aire para saber si nos lo dicen con buena o mala intención. Como dice la entrevista, «La gente a menudo cree que el tono o la emoción detrás de sus mensajes es obvio porque «oyen» en su cabeza el tono con el que están escribiendo y van a enviar el mensaje».
Y así, leemos algo, entendemos el tono que nos da la gana y, con toda la adrenalina en marcha, contestamos lo más contundentemente posible. Como si estuviésemos en un juicio, intentando demostrar que tenemos la razón y la otra parte no. Como si en todos los temas sólo pudiese haber una única postura correcta.
Bonus track
Aparte de esto, escribí mi opinión sobre el activismo hace años, «Querer NO es poder«. Por si alguien tiene curiosidad y ganas de seguir leyendo más cosas. Y sobre lecturas útiles, se me ocurre, «Cómo discutir con un fundamentalista sin perder la razón». Sospecho que puede ser muy útil para twitter… A ver si me lo releo, que lo lei hace años y no recuerdo casi nada. Por eso no discuto :P