Y si quieres tener separacion de bienes pero el resto de cosas (seguridad social, adopcion, herencias, que te reconozcan como familiar en accidentes etc)…? Que gananciales no me suena como la parte que mas mole del matrimonio, no?
Es una idea tan llena de flecos que veo muy complicado que se pueda regular. Y como bien dices, implicaría que los tres (centrándonos en una relación de tres personas con una como vértice) estuvieran de acuerdo en demasiados aspectos como para verlo factible.
Que puede ser, no lo dudo, y sé que hay casos. Pero lo veo excepcional
Como dice Peñas, y siguiendo con la opinión de ComandanteVimes, es algo demasiado cambiante, abierto y transeccional como para ser regulado legalmente. Si cada matrimonio convencional ya es bastante distinto de por sí, y en cada pareja existen normas distintas, dentro de una muestra tan pequeña como los grupos poliamor, las diferencias tienen que ser abismales, no creo que una legislación pueda recogerlos a todos, nunca.
Yo por eso recogía varios puntos de vista… Pero sí me parece importante, cuando hay una relación familiar (ya sean dos o más personas) que haya formas de cuidar aspectos como herencia, bienes, que se puedan poner bajo un acuerdo, sin que eso afecte a la relacion… ¿igual precisamente eso es la comunidad de bienes?
Una comunidad de bienes es sólo una forma de propiedad en la que varias personas son propietarias de una misma cosa, de manera que las decisiones se toman en conjunto. La sociedad de gananciales es en realidad una comunidad de bienes con alguna regla específica sobre qué bienes se incluyen en ella y cuáles no (principalmente las ganancias de cualquiera de los dos miembros de la pareja).
Con una comunidad de bienes se puede establecer, por tanto, algo parecido a una sociedad de gananciales, pero la cosa no va más allá. Lo que haga el grupo poliamor en sus relaciones internas no impide la aplicación de las leyes, que conceden exclusivamente al cónyuge cierto estatus en materia de herencias, Seguridad Social, etc. Es decir, si un comunero muere, su parte en la comunidad de bienes sigue el destino del resto de sus bienes, no queda en la comunidad.
Cada vez más el Derecho tiende a proteger las parejas de hecho. Ya no se habla sólo del “cónyuge”, sino del “cónyuge o relación de análoga afectividad”. Quizás por esta vía se podría lograr un reconocimiento, si no legal sí judicial, de relaciones poliamor de hecho. El problema es 1) Probar que existe esa relación poliamor; 2) Convencer al juez de que la afectividad puede ser semejante que la monogamia. Aún así, el matrimonio sigue siendo un tipo de relación privilegiado.
Me quedo con la ultima opinión:
“Para ser poliamor sólo hay que dejar que el corazón crezca para acoger todas las relaciones amorosas que son de todos los tipos y tamaños. Una vez has aprendido a hacer eso, por qué querrías comprimirlo de nuevo dentro de un molde hecho para dos?”
Precisamente el sábado pasado asistí a una reunión de varios centenares de poliamoristas en Los Ángeles donde oí una interesante discusión sobre este tema. Una reseña completa de esta reunión puede encontrarse en mi blog
Creo que Mistress Matisse y el Comandante Vimas presentan una visión demasiado negativa del asunto. Para empezar, el matrimonio tiene dos vertientes: la personal y la legal. El plano personal, muchos grupos de poliamor se han casado entre ellos y así lo declaran a amigos y familiares, aunque la unión no tenga valor legal. Desde el punto de vista legal, lo que preocupa a los poliamoristas no es tanto el matrimonio, sino que se respeten sus derechos y no se les persiga. En la reunión de Los Ángeles había un grupo de discusión sobre “Familias Poliamor” donde participaron varias personas que han vivido en grupos de poliamor varias décadas e incluso educado a sus hijos dentro de ese grupo. Se han dado casos de hijos arrancados de sus padres durante varios meses por vivir en un grupo de poliamor. En varios estados de EE.UU. se prohíbe cualquier tipo de contrato personal que puede entenderse como un matrimonio entre varias personas. Precisamente ahí está la solución a los problemas planteados por Vimas: dar libertad a los poliamoristas para que establezcan un contrato entre ellos que formalice los aspectos legales de su unión. En cuanto a los problemas de divorcio, bienes, etc, son cosas en la que existe una cierta experiencia en la comunidad del poliamor.
Y si quieres tener separacion de bienes pero el resto de cosas (seguridad social, adopcion, herencias, que te reconozcan como familiar en accidentes etc)…? Que gananciales no me suena como la parte que mas mole del matrimonio, no?
Es una idea tan llena de flecos que veo muy complicado que se pueda regular. Y como bien dices, implicaría que los tres (centrándonos en una relación de tres personas con una como vértice) estuvieran de acuerdo en demasiados aspectos como para verlo factible.
Que puede ser, no lo dudo, y sé que hay casos. Pero lo veo excepcional
Como dice Peñas, y siguiendo con la opinión de ComandanteVimes, es algo demasiado cambiante, abierto y transeccional como para ser regulado legalmente. Si cada matrimonio convencional ya es bastante distinto de por sí, y en cada pareja existen normas distintas, dentro de una muestra tan pequeña como los grupos poliamor, las diferencias tienen que ser abismales, no creo que una legislación pueda recogerlos a todos, nunca.
Yo por eso recogía varios puntos de vista… Pero sí me parece importante, cuando hay una relación familiar (ya sean dos o más personas) que haya formas de cuidar aspectos como herencia, bienes, que se puedan poner bajo un acuerdo, sin que eso afecte a la relacion… ¿igual precisamente eso es la comunidad de bienes?
Una comunidad de bienes es sólo una forma de propiedad en la que varias personas son propietarias de una misma cosa, de manera que las decisiones se toman en conjunto. La sociedad de gananciales es en realidad una comunidad de bienes con alguna regla específica sobre qué bienes se incluyen en ella y cuáles no (principalmente las ganancias de cualquiera de los dos miembros de la pareja).
Con una comunidad de bienes se puede establecer, por tanto, algo parecido a una sociedad de gananciales, pero la cosa no va más allá. Lo que haga el grupo poliamor en sus relaciones internas no impide la aplicación de las leyes, que conceden exclusivamente al cónyuge cierto estatus en materia de herencias, Seguridad Social, etc. Es decir, si un comunero muere, su parte en la comunidad de bienes sigue el destino del resto de sus bienes, no queda en la comunidad.
Cada vez más el Derecho tiende a proteger las parejas de hecho. Ya no se habla sólo del “cónyuge”, sino del “cónyuge o relación de análoga afectividad”. Quizás por esta vía se podría lograr un reconocimiento, si no legal sí judicial, de relaciones poliamor de hecho. El problema es 1) Probar que existe esa relación poliamor; 2) Convencer al juez de que la afectividad puede ser semejante que la monogamia. Aún así, el matrimonio sigue siendo un tipo de relación privilegiado.
Me quedo con la ultima opinión:
“Para ser poliamor sólo hay que dejar que el corazón crezca para acoger todas las relaciones amorosas que son de todos los tipos y tamaños. Una vez has aprendido a hacer eso, por qué querrías comprimirlo de nuevo dentro de un molde hecho para dos?”
Sí, el comentario de Matisse está la mar de bien, muy realista.
Precisamente el sábado pasado asistí a una reunión de varios centenares de poliamoristas en Los Ángeles donde oí una interesante discusión sobre este tema. Una reseña completa de esta reunión puede encontrarse en mi blog
http://sexocienciaespiritu.blogspot.com/2013/11/encuentro-de-varios-centenares-de.html
Creo que Mistress Matisse y el Comandante Vimas presentan una visión demasiado negativa del asunto. Para empezar, el matrimonio tiene dos vertientes: la personal y la legal. El plano personal, muchos grupos de poliamor se han casado entre ellos y así lo declaran a amigos y familiares, aunque la unión no tenga valor legal. Desde el punto de vista legal, lo que preocupa a los poliamoristas no es tanto el matrimonio, sino que se respeten sus derechos y no se les persiga. En la reunión de Los Ángeles había un grupo de discusión sobre “Familias Poliamor” donde participaron varias personas que han vivido en grupos de poliamor varias décadas e incluso educado a sus hijos dentro de ese grupo. Se han dado casos de hijos arrancados de sus padres durante varios meses por vivir en un grupo de poliamor. En varios estados de EE.UU. se prohíbe cualquier tipo de contrato personal que puede entenderse como un matrimonio entre varias personas. Precisamente ahí está la solución a los problemas planteados por Vimas: dar libertad a los poliamoristas para que establezcan un contrato entre ellos que formalice los aspectos legales de su unión. En cuanto a los problemas de divorcio, bienes, etc, son cosas en la que existe una cierta experiencia en la comunidad del poliamor.
Escribí mi respuesta antes de leer la de Vimes. Creo que ha puntualizado muy bien el asunto de los bienes.
El matrimonio poliafectivo cuando haya la segunda venida de Cristo, el nuevo Cristo debe convertirla en buenas nuevas en todo el planeta tierra