¿Funcionan igual los cerebros de los hombres poliamorosos y de los monógamos?
28 September, 2017 at 19:25/ por moscacojonera
Post powered by heroedesillon (ex-profe mío en el master) :-)
Se acaba de publicar en Forbes (curioso lugar) un artículo de Zhana Vrangalova, “Monogamous And Nonmonogamous Men’s Brains Respond Differently To Romantic Images”, basándose en el estudio “Differences in Neural Response to Romantic Stimuli in Monogamous and Non-Monogamous Men”, realizado por Lisa Dawn Hamilton y Cindy M. Meston.
Los resultados del estudio mostraron que los hombres monógamos, al mirar imágenes románticas, mostraban mayor actividad neuronal en las areas asociadas a la recompensa, en comparación con los hombres no monógamos (incluyendo los que tenían varias relaciones y los que tenían relaciones con terceras personas de manera no consensuada con su pareja). Las zonas que mostraron un aumento en su actividad en los hombres monógamos fueron todas del hemisferio derecho (en las zonas asociadas al circuito de premio-recompensa). Al mostrarles estímulos de contenido explíticitamente sexual (frente a los románticos o los neutros), no aparecieron diferencias significativas entre los dos grupos.
Traduciendo (casi) literalmente del artículo,
“los cerebros de los dos grupos se diferenciaban bastante ante estímulos románticos. Los hombres monógamos mostraron una mayor activación en las zonas límbica y del circuito premio-recompensa del cerebro (para frikis de la neurociencia, el tálamo del hemisferio derechos, el núcleo accumbens, núcleo caudado putamen, globo pálido, ínsula y cortex prefrontal) en comparación con los hombres no monógamos. Estas son las mismas áreas del cerebro que anteriores estudios encontraron activadas cuando personas muy enamoradas veían fotografías de sus parejas. Y son las mismas áreas en las que los estudios con animales encontraron diferente distribución y densidad de receptores de oxitocina, vasopresina y dopamina (neurotransmisores responsables del establecimiento de vínculos afectivos y de los procesos de recompensa) entre unos ratones socialmente más monógamos (Microtus ochrogaster) y los no monógamos (Microtus montanus). No había ninguna zona en los cerebros de los hombre no monógamos que se activasen igual ante imágenes románticas que los cerebros de los hombres monógamos.
Además, entre los hombre monógamos, las áreas que se activaban viendo escenas románticas seguían activas al ver imágenes de contenido explícitamente sexual, indicando que los estímulos sexuales y románticos están muy relacionados para ellos. Por contra, los cerebros de los hombres no monógamos mostraron actividad adicional ante los estímulos románticos que no estaban activas ante las imágenes sexuales (…). Esto sugiere que hay una mayor diferenciación entre romance y relaciones sexuales en los hombres no monógamos. Como Lisa Dawn Hamilton, una de las investigadoras, explica en el estudio, “parece que los hombre no monógamos están procesando esas imágenes en un nivel de cognitivo mayor en lugar de estar respondiendo mayormente a su “cerebro reptiliano” (como lo llamaría Dan Savage). Es como si estuviesen observando una obra de arte más que algo que fuese intrínsecamente gratificante para ellos”.
El solo propósito de estudio es vomitivo: si el título cambiase poliamoroso por hetero y monógamo por gay estaríamos hablando de una homofobia de tomo y lomo.
En cuanto a la actividad cerebral, lo mismo se podría decir de un adicto al porno que viera imágenes pornográficas.