Esta es la segunda parte del artículo que empecé a traducir el viernes, When She Wants Sex More: 

«Las mujeres con quienes hablé atribuían las diferencias en el deseo que habían experimentado a toda un abanico de causas. Algunas le echaban la culpa fundamentalmente a las libidos desiguales: La bloguera anónima de 29 años que escribe girlonthenet.com, la misma que a veces encontraba frustrante que un chico no pudiese follar más de cuatro veces en una noche, me cuenta que superó el enfado cuando se dio cuenta «ya sabes, las personas tienen necesidades sexuales muy distintas«. Ahora está con un hombre con un impulso sexual similar al de ella.

Luego está el estrés de la vida familiar. «Mary» de 38 años dice que el sexo con su marido era fantástico al principio, pero que después, según cuenta «nuestras vidas se convirtieron en algo rutinario». Tuvieron criaturas, él empezó a trabajar más y sus padres acabaron en una enfermedad terminal. «¿Quizá lo que sentimos es depresión?. No lo sé», dice «pero con tantas cosas pasando a la vez física y emocionalmente, había que eliminar algo y fue nuestra vida sexual». Ella y su marido están bajo presión, pero es la sexualidad de él la que es más susceptible al estrés.

«Martha», de 25 años, está en una situación similar. Con su novio completamente estresado «parece que él rechazase los poderes terapéuticos del sexo cuando hay problemas», mientras que ella lo ve como una manera de desahogarse.

Debby Herbenick, una investigadora sexual de la Indiana University dice que es una experiencia habitual para ambos géneros. «Muchas mujeres y hombres sienten insatisfacción por la frecuencia, pero es complicado», dice. «A menudo sienten insatisfacción en el sentido de que «en un mundo perfecto» —uno en el que tuviesen menos estrés, por ejemplo— «tendrían sexo más a menudo». A veces «la gente lo que ansía es más intimidad para que les lleve a tener más sexo». Herbenick explica, «simplemente porque dos personas quieren tener más sexo mutuamente no significa que sepan cómo hacer que suceda, especialmente si los sentimientos han sido heridos o no sienten que haya conexión o tienen sentimientos de vergüenza o culpa por querer sexo o iniciarlo».

A menudo, la falta de sexo no es realmente sobre el sexo. «Nuestra vida sexual se convirtió, para mí, en algo que ilustraba su desinterés en general por cuidar el matrimonio, comprometerse a cubrir mis necesidades, y ser consciente y responder a mis sentimientos», dice Clare, de 34. «Así que podría haber sido un caso de deseo desigual pero lo más importante es que era un caso de necesidades emocionales desiguales».

Kerner identifica un puñado de causas habituales para el deseo sexual bajo en los hombres: «La masturbación excesiva como resultado de la proliferación y acceso fácil y gratuito a porno en internet, reducción del atracción sexual» hacia su pareja, efectos colaterales de ciertos medicamentos, como antidepresivos y una baja autoestima (hoy en día especialmente, como respuesta al «paro y la incertidumbre financiera».

En lo que las diferencias entre géneros es muy real es en las expectativas sociales. Tener más deseo que tu pareja puede hacer que cualquiera se pregunte sobre su propio atractivo sexual, aunque eso es especialmente cierto en el caso de las mujeres: «Tenemos esta imagen de que las mujeres pueden pestañear y tener hombres corriendo por meterse en la cama con ellas», dice Bex, de 20 años que vive en Nueva York.

Por supuesto puede ser más duro para los hombres que para las mujeres el verse como el miembro con menos deseo: «Todas mis amistades son chicos y si cuento esto a cualquiera de ellos, dicen que «debe ser gay o algo pasa» por no querer sexo todo el tiempo», dice Bex, que sabe que es algo injusto. Cathy siente mucha empatía con los chicos que se encuentran en esa situación: «El chico que piensa que él debe estar dirigiendo el tren de la penetración se siente confundido cuando ve que no lleva el gorro de conductor».

Los hombres que sienten más deseo que su compañera podrían al menos tener el beneficio de sentir que las cosas son como deben de ser [!]. Bex dice sobre tener más deseo sexual que su novio «da la sensación que estoy estropeada o algo, lo que no es en absoluto cierto». «Simplemente es que nunca vemos la imagen de un hombre con un deseo sexual bajo  y una mujer intentando seducirle».

Por supuesto, nunca es demasiado tarde para hacer que conste en público.»